UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID - Biblioteca de la ...
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Revisión Bibliográfica<br />
Tab<strong>la</strong> 2.8. Coeficientes <strong>de</strong> alometría <strong>de</strong> <strong>la</strong>s piezas <strong>de</strong> <strong>la</strong> canal ovina (Colomer-<br />
Rocher y Espejo, 1973).<br />
Piezas Machos Hembras<br />
Pierna 0.913 0.857<br />
Costil<strong>la</strong>r 1.032 1.126<br />
Badal 0.847 0.792<br />
Espalda 0.950 0.892<br />
Cuello 1.025 0.974<br />
Bajos 1.211 1.350<br />
Ya hemos dicho que el <strong>de</strong>sarrollo muscu<strong>la</strong>r es mayor en machos que en<br />
hembras, mientras que <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción M/H es mayor en hembras <strong>de</strong>bido a que<br />
poseen menor <strong>de</strong>sarrollo óseo que los machos (Cañeque et al., 1989).<br />
También es mayor el crecimiento en grosor <strong>de</strong>l hueso en los machos que en<br />
<strong>la</strong>s hembras y en animales castrados (Hammond, 1932).<br />
Por lo general <strong>la</strong>s hembras presentan un mayor nivel <strong>de</strong> grasa por<br />
unidad <strong>de</strong> músculo, por lo que su índice M/G será menor que en los machos.<br />
Ve<strong>la</strong>sco et al. (2000), encontraron en cor<strong>de</strong>ros Ta<strong>la</strong>veranos, que <strong>la</strong>s hembras<br />
presentaban un mayor engrasamiento general <strong>de</strong> <strong>la</strong> canal que los machos, esto<br />
se vio reflejado en una mayor proporción <strong>de</strong> grasa total y principalmente <strong>de</strong><br />
grasa interna (omental, y pelvicorrenal) y subcutánea. Cañeque et al. (1989),<br />
sugieren que como a igual peso vivo, el engrasamiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hembras es<br />
mayor, se podrían sacrificar a pesos menores.<br />
Guía y Cañeque (1992) también observaron que el peso medio <strong>de</strong>l tejido<br />
muscu<strong>la</strong>r y el óseo era significativamente mayor en machos, mientras que para<br />
<strong>la</strong> grasa no observaron diferencias <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> importancia re<strong>la</strong>tiva que<br />
adquiere este tejido con <strong>la</strong> edad en <strong>la</strong>s hembras.<br />
Pérez et al. (1995), encontraron en cor<strong>de</strong>ros sacrificados a los 105 días<br />
<strong>de</strong> edad, que <strong>la</strong>s medidas <strong>de</strong> conformación presentaban valores superiores en<br />
machos que en hembras como consecuencia <strong>de</strong>l mayor peso que alcanzaron<br />
éstos. En cambió Guía y Cañeque (1992), vieron que los machos y hembras a<br />
<strong>la</strong> misma edad presentan medidas <strong>de</strong> conformación análogas, pero que <strong>la</strong>s<br />
canales <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hembras estarían proporcionalmente mejor conformadas.<br />
Los componentes <strong>de</strong>l quinto cuarto también se ven influidos por el sexo,<br />
así los machos presentan un mayor <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> cabeza y patas y en cambio<br />
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