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Química General, 2000 - Victor Manuel Ramírez

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UNIDAD 4

Corteza terrestre, fuente de materiales

útiles para el hombre

De las tierras de nuestro territorio 16% es improductiva, 22% es forestal, 47% es pastizal

y 15% es terreno laborable para la agricultura. De este último porcentaje, 75% es

terreno de temporal y 24% es de regadío. La conservación del poco suelo productivo

que tenemos es vital en nuestro país ya que es la principal fuente de sustento. De él

dependen las plantas, los insectos, los animales y nosotros mismos.

Los suelos tienen un ciclo de renovación en el que desempeñan un papel importante

los seres vivos.

Las plantas, los árboles y los animales depositan sus residuos y desechos denominados

orgánicos por provenir de organismos vivos y éstos se descomponen hasta

transformarse en elementos y compuestos sencillos que se integran a la tierra enriqueciéndola;

a su vez, estas mismas sustancias sirven de alimento a las plantas;

éstas a los animales, continuando hasta volver a la descomposición y su reintegración

a la tierra.

Un papel importante lo desempeñan ciertos organismos microscópicos (por ejemplo,

las micorrizas que son hongos asociados con las raíces vegetales, los parásitos

completos y los hemiparásitos, que son plantas que no poseen ni clorofila, ni raíz),

los cuales son muy útiles pues facilitan que las raíces de las plantas y árboles incorporen

nutrientes como las sales de nitrógeno; además, participan en la descomposición

de los desechos orgánicos y su integración a los suelos.

En las áreas donde este ciclo se efectúa de manera equilibrada, el desgaste de los

suelos, ya sea por la erosión o por su uso constante, se ve compensado por los residuos

orgánicos (fósiles); se calcula que en una capa de un centímetro de residuos

vegetales tarda en formarse aproximadamente 200 años.

Erosión del suelo y fuentes que la originan

Al romper el ciclo antes descrito, los suelos se vuelven infértiles e improductivos.

Los fósiles han nutrido y fertilizado durante siglos el suelo. Sin embargo, esto es ya

insuficiente, contrastado con la calidad de residuos domésticos e industriales que

se tiran y dañan el suelo. Se han deteriorado enormes áreas de pastizales y de suelo

fértil por el uso excesivo de plaguicidas y por la gran cantidad de sustancias químicas

que hemos depositado en ellos.

La erosión es la ablación mecánica de la superficie de la Tierra por diversos agentes,

que afecta por igual a las rocas intactas como al suelo que las recubre. La ablación

implica la formación de fragmentos de cualquier clase y de cualquier tamaño. Los

principales agentes de erosión son la gravedad (que crea derrumbes), el viento, la

lluvia, los glaciares y, sobre todo, las corrientes de agua (torrentes, afluentes, etc.),

así como el mar.

Los fragmentos así formados son de todos los tamaños, desde el bloque hasta la

partícula arcillosa e incluso los iones; los agentes de transporte (agua, viento, glaciar)

las arrastran hacia las partes bajas (mares y lagos) en donde, por acumulación,

se depositan. La acumulación de las partículas sólidas resultantes de la erosión

propicia la formación de rocas sedimentarias detríticas (areniscas, arenas, etc.).

Por otro lado, el hombre ha utilizado miles de toneladas de madera en la construcción

de casas, de muebles y como combustible; sin embargo, no se ha preocupado lo

suficiente para reponer a los bosques lo que le ha quitado: sus árboles. Los árboles

son los encargados de proteger los suelos de la acción del viento y del agua. Sin

ellos, el bosque, la selva y la vida se acaban. También sin ellos se puede acabar el

equilibrio ecológico y nuestra vida misma puede estar en peligro.

Por otro lado, el suelo se daña no sólo por la erosión. Se daña cuando lo contaminamos.

Podemos contaminarlo al depositar en él un exceso de plaguicidas, los cuales

afectan a todas las formas de vida. También lo contaminamos al depositar en él un

exceso de fertilizantes, los cuales dañan a las aves.

Grupo Editorial Patria

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