El César vs. el Estado

Los civilizombis de la Época de la Luz podían haber detenido la
brutal contaminación y esperar a saber si la extinción había comenzado o
sólo eran avisos. Ahora… Eso es diferente sin olvidar la liberalidad de
los atemporales Caballeros Andantes que han detenido el curso de
«cosas» como que la tierra es plana y estrella de un Universo tan enano
que su centro era el «planisferio». La extinción es el momento «más
único» de la Humanidad. Que nadie dude que sucederán fenómenos tan
extraordinarios como el resurgimiento de la Caballería de la Orden de la
Paz.
—Efectivamente, como comenta el druida aún tenemos tiempo.
¡Tanto tiempo! en el año -50 d.C. e incluso y si me apuran, en 1971.
¡¡ Por si a alguien se le ha olvidado, estamos en el 2009!! Se hace tarde
demasiado deprisa.
Sancho es «invasivo»; se mete tanto en mi mente que no me lo
puedo sacar ni a tiros. Muchas veces me quedo en silencio porque, o
escucharle o su compañía o las dos, me tiene comida el seso. Tenerlo
tan metido hace que piense cómo pensará él. Como no existen los
extraterrestres ni Los Galácticos ni los marcianos, de momento
consideraré que, sencillamente, es un humano de otro tiempo. Así es
como me paso los silencios: pensando lo que piensa y lo que pienso.
—¿Sois psicópatas? —me preguntó Eugenia de pronto sin saber el
porqué y después de lo que entendía una pequeña pausa y no un cambio
radical a tan infame tema.
—Evidentemente —me respondió descaradamente—. Lo siguiente
que sucede en las aventuras es parte de esto —le respondí intentando ser
absolutamente sincero por los civilizombis y de volver al cuento que ya
era hora—.
—¿A qué te refieres para poner de nuevo las imágenes en mi
memoria? —me dijo concretando como si estuviera mosqueada.
—A la «negociación» del centurión con la legión —nos centró de
nuevo el listillo de Sancho—. Dice: ¡he requisado la Residencia de los
dioses! ¡Podéis ir a vivir allí inmediatamente —le interpreté
escenificando la acción—, cuando en realidad es una estrategia para
ganar más; ni eso porque el guardián de la Patronal también está
manipulado. El arquitecto mueve sus hilos con la mitad de su sueldo y
los del títere constructor, psicópata titulado integrado, son manipulados
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