El César vs. el Estado

es el 2009. Puede que Orwell fuera algo más que un profeta que sabía
desde hace muchos decenios cómo iba a terminar todo esto.
—¡Qué casualidad, acertó con lo de la influenza gorrina! ¿Cómo lo
pudo saber?
—Algunos se dedican a saber.
—¿Quién más se dedica a saber?
—Nos vamos a dispersar antes de terminar.
Ante la cara de Sancho, el caballero no pudo evitar darse un garbeo
con otro de los que se creen que saben, como el pringao de Merovingio
en Matrix. [Ver Matrix III.]
—Mira que tiene un nombre raro ese tío y ¡qué difícil debe ser bien
pronunciarlo!
—Suelte, que a mi no me dan miedo los tacos.
—Zbigniew Brzezinski…
—Es verdad que parece el nombre de un alien. ¡Qué raro suena eso!
¿No se estará equivocando y será el apodo de un pesticida?
—…escribió, entre otras muchas joyitas, el libro Between two ages.
Corrían los años 70 y…
—¿Los años 70 de qué siglo?
—Del XX Sancho. ¿Querías saber de alguien más que se dedica a
saber o querías comprobar mi paciencia?
—Disculpe.
—En algún lugar del interior de ese libro de cuya página no puedo
acordarme, se decía más o menos así: La tecnotrónica conduce a una
sociedad gradualmente más vigilada. Esa sociedad estará controlada por
una elite. Pronto será posible tener continuamente vigilado a cada
ciudadano y obtener datos de su vida personal. Esos archivos estarán
controlados por las autoridades.
—¿Sigue en activo ese tío?
—Sí Sancho, sí. Aparecerá durante nuestra salida.
—¿Y eso lo decía ¡en 1970!? ¿Cómo será en el actual 2009, 40 años
después?
—Mucho más heavy que la ciencia ficción. Ahora, el rebaño está
controlado, monitorizado, vigilado; no se puede mover un dedo ni soltar
un balido sin que se enteren ellos.
—¿Y para qué quieren controlar a los borregos?
—Porque nos están esperando. Los borregos no les interesan lo más
mínimo, su vigilancia es un daño colateral; los controlan con el miedo y
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