El César vs. el Estado

—¡Tú verás lo que dices; con 400 años que tienes, ya eres mayorcito!
—le recordó el caballero Alcor.
—¿Qué me has querido decir, qué he dicho? —preguntó Sancho
desorientado—. Soy un hombre en contradicción con mi tiempo y
pienso que cuanto menos se parezca el arte a la vida, mejor.
—Con muchos de los que nos dirigen —continuó el caballero Alcor
con los tacos para «mejorar» de materia—, se me escaparía más de uno
pero he dado mi palabra a la Orden de la Paz e intentaré juguetear con
los torticeros vocablos para que sus señorías no mueran de espanto.
—Pues no te preocupes tanto porque además de terapéutico, sería
una gran labor social —consideró Sancho—; desinfectaría a parte del
planeta de esa panda de chorizos corruptos y la gente empezaría a
recuperar el sentido y la paz. Sabrás que el herrero de Astérix utiliza el
martillo para silenciar al gallito cacareador. Si utilizas un taco para
atizarles en la cabeza cada vez que hablan más de la cuenta, sería un uso
tan rebelde como el del martillo. ¿Qué diferencia hay entre decir muta,
puta o ruta (por orden alfabético)?
—El significado.
—¡No! La estigmatización —sentenció Sancho—. El diablo debe de
utilizar sólo la de en medio y los querubines celestiales las dos del
extremo. ¡Menuda wiipollez! No me alteres que me desato la lengua y se
van a enterar todos, si no me censuras, cómo habla el inmortal Sancho
Panza de la Mancha, el más conocido de los Rebeldes Plebeyos
Castellanos.
—La abolición de la mente colocaría a los tacos en el mismo saco
que el resto de las palabras —afirmó César—: en el zulo de las armas de
destrucción masiva junto a la gramática, la semántica y la ortografía.
—Si el idioma es la más genuina de las armas de destrucción masiva,
debe de ser como todo: causal. ¿Por qué?
—Por supuesto que las lenguas no han surgido por casualidad, son
patentes divinas para implantar el pensamiento único del que nunca
saldrás.
—Explícate que no me entero y necesito canalizar esto con algún
ejemplo. [Finalmente, si la decisión de Sancho por salirse de la segunda
dimensión y conocer a los lectores (y otras cositas de las que se está
enterando colateralmente), es la causa de esta Odisea, hay que reconocer
que tomar una decisión permite vivir el vivir [(y de qué manera).]
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