El César vs. el Estado

sido. No he pensado a dónde iba y no lo habría notado si no lo hubiera
avisado. ¿Es este un indicio de la influencia del ego subconsciente?
—No todo es consecuencia del ego; otras veces podría ser el destino
y otras la causalidad, tres aspectos de la trinidad.
—Pues fíjese que con decirme esto no me dice nada. Como ignoro si
hay motivo para que examine mis pasos y el guión del andalusí no nos ha
obligado a que la entrada en su plaza sea por ningún lugar determinado,
serán los animales los que han atraído mi atención porque entre ellos
encuentro la armonía de la paz. Con estar tan vivos como nosotros y
perpetuarse sobre Madre Tierra tanto como nosotros, distingo una
diferencia tan perenne entre ellos y nosotros que siempre me ha llamado
la atención.
—¿No te estarás refiriendo a la imposición egocéntrica de que no
tienen alma?
—A esta pregunta respondería parcialmente porque conozco una
mitad y de la otra lo desconozco todo.
—Pues fíjate Sancho que con decirme esto no me dices nada.
—Empezaré por lo que desconozco. ¡No tengo ni idea de lo que es
el alma! —contestó solemnemente el escudero—; no siento su posesión,
sus efectos, sus virtudes ni ventajas, desconozco sus obligaciones y
acomodo la deserción a sus imposiciones; así que igual que existen
teoremas egocéntricos que determinan la clasificación de los animales
por la posesión o desposesión del alma, existe otra ciencia que se
encargará de que nuevas modas desmantelen las viejas. ¡Es ley de vida
como lo fue la palabra de dios! Anyway ¡qué afortunados son los
animales que se pueden ahorrar el esfuerzo de investigar sobre la
inexistente existencia del alma inmortal!
—¿Mande?
—Es que a veces se me traspapela la lengua de vuesa merced cuando
escribe en tragedias. A lo que me estaba refiriendo es que hay una tesis
esencial que diferencia a todos los animales de nosotros: ¡no tienen ego!
Esta es una de las múltiples lecciones que he aprendido del pollino.
—Si dices que aprendes de un burro, este público perderá el respeto
por el resto de lo que digas.
—¿Y si les hablo de Federaciones Galácticas y Calentamientos
Globales del Sistema Solar también? Ya sé que hay cosas que sólo puedo
decir ante vuesa merced porque los ciudadanos ni apreciarían mi
sinceridad ni tienen tiempo para considerarla. También sé que no
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