El César vs. el Estado

sanguinario según los testigos de la época, fue finalmente asesinado.
Utilizaron al estudiante Leónidas Konegniser (un Lee Harvey Oswald
más en versión rusa) para que se comiera el crimen y usaron este hecho
para defender el uso de armas a discreción. Jamás se demostró que el
estudiante fuera el responsable pero lo mataron sin juicio previo (como a
Lee Harvey Oswald). El BKC era la Comisión encargada de todas las
Rusias autorizada para matar a diestro, siniestro y sin juicio previo; es la
precursora del KGB. Según la comisión de Dniken, un contra comunista,
entre 1918 y 1919 se pudieron asesinar a 1’7 millones de personas (no
eran judíos) y pudieron ser más. Entre 1921 y 1922 murieron de hambre,
enfermedad y frío 5 millones de personas (no eran judíos necesariamente
aunque pudiera haber algunos). Se creó la profesión de Zav Uch Tel, el
encargado de contabilizar muertos, que no paraba de trabajar. [Añadir
otras cifras es para pensarse qué es un holocausto. En la 1ª guerra
mundial, murieron 10 millones de rusos; en la 2ª, 20 millones; en la
guerra de Armenia 5 millones; víctimas de la persecución política tras la
2ª guerra mundial hubo 50 millones; y dicen que en conflictos internos
66 millones. ¿Qué es un holocausto?
Por conocer el talante de Lenin y su respeto por la vida humana, se
citará una frase de la carta que envía a Molotov, miembro del Polit-buró:
«Alto secreto. Cuantos más representantes del clero, más miembros de
los popes y contrarrevolucionarios fusilemos, mejor». El 30 de agosto de
1918, Faina Kaplan atenta contra Lenin embutiéndole una bala en el
brazo y otra cerca del pulmón. Lenin se recuperó en poco tiempo pero
inventaron que las balas estaban envenenadas como pretexto para
empezar «El terror rojo: todo el que no estuviera de acuerdo con Lenin
sería fusilado». Fuera real o fuera cabeza de turco, el caso es que esta
miope mujer de 28 años (¿por eso no tuvo la puntería precisa?) fue
asesinada cinco días después sin juicio ni interrogatorio.
Después de que en 1922 se proclamara la Unión Soviética, se
promulgó el NEP, Nueva Política Económica, que daba luz verde a las
cooperativas, al negocio particular y a la iniciativa privada. En otra de sus
cartas, en este caso profética, a Kámenev, otro miembro del Polit-buró,
Lenin dijo que esta apertura volvería de nuevo al terror; y tuvo razón: se
llamó Stalin. Antes de morir, Lenin comete otro asesinato masivo contra
el pueblo. Si el Moisés ruso coleguita de este machote se puso Salomón
por algo ¡vaya manera de recordar al juez o sabio!)
Vamos con la otra parte del paréntesis partido en dos.
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