12.05.2013 Views

El César vs. el Estado

El César vs. el Estado

El César vs. el Estado

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

indican que algo va mal. Si a la tirante situación habitual le añadimos<br />

que hemos estado varios días encerrados en <strong>el</strong> mismo espacio,<br />

cualquiera se puede imaginar las ganas que tenía de poder estallar en<br />

paz.<br />

Anoche, mi madre comprobó por un orificio que <strong>el</strong> temporal<br />

había terminado y decidió <strong>el</strong> final de la «reclusión». No fue una<br />

decisión precipitada porque como se ha comprobado, <strong>el</strong> viento está<br />

en paz aunque <strong>el</strong> temporal lo tengamos por dentro. Aunque me esté<br />

distanciando de los Secretos, tengo que reconocer en mi madre unas<br />

cualidades que son muy dignas de aprehender. En sólo una ocasión<br />

la he visto irritada pero sin perder la ecuanimidad, tomando una<br />

decisión difícil pero tan coherente que la voy a recordar.<br />

Llegaron a la aldea un grupo de jóvenes, en principio, con las<br />

sanas intenciones de encontrar su lugar en <strong>el</strong> mundo o su conexión<br />

con <strong>el</strong> otro. Puede que <strong>el</strong> acto más sublime sea poner a otro frente a<br />

ti y los más jóvenes e inquietos, migraban para conocer distintos<br />

asentamientos en los que se podían emparejar y después quedarse a<br />

vivir o irse con otros por ahí. Esto es normal y lo extraordinario es lo<br />

que con <strong>el</strong>los pasó.<br />

Sus comportamientos se fueron degenerando y algunos de la<br />

aldea se contagiaron. Ante la incipiente amenaza, la jefa d<strong>el</strong> Clan<br />

decidió desterrarlos y con <strong>el</strong>los se fueron dos d<strong>el</strong> lugar. Perder a dos<br />

jóvenes de aqu<strong>el</strong>la manera era traumático, por los lazos afectivos y<br />

por su capacidad de trabajo. En aqu<strong>el</strong>la ocasión aprendí que la<br />

autoridad de un matriarcado no se puede dejar contagiar por varones<br />

mimados; mi madre cortó <strong>el</strong> problema de raíz: «¡Todos fuera!»<br />

Tuvieron que tragar saliva de afecto pero no de valor, los varones que<br />

se encargaron de decir a los gamberretes que se fueran de allí sí o sí.<br />

Para siempre.<br />

<strong>El</strong> destierro es la pena capital porque encontrar un asentamiento<br />

donde puedas vivir en armonía y con paz no es fácil. Dejar atrás<br />

puertas cerradas o tirar tu «reputación» por los su<strong>el</strong>os, es un lujo que<br />

en tiempos difíciles no se puede permitir; es más fácil morirte solo en<br />

un camino que intentar alucinar pensando que estás en <strong>el</strong> paraíso.<br />

854

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!