El César vs. el Estado

—Ya sé que esto es la realidad de Matrix; si no, seguramente se
llamaría realidad de Patrix.
—¡Qué claro lo tienes Sancho, qué sutil! Hubiera querido
concederme esta insólita afirmación pero veo que hay más gente que les
ha visto el plumero. ¿Desde cuándo lo sabes?
—No lo sé, debe de ser como el resto de todo lo que sé y tú mejor
que nadie deberías saber por qué y desde cuándo lo sé. Pero quédate
tranquilo porque ni don Quijote se ha percatado del tema. Él siempre
habla de dioses aunque recuerdo que al principio deslizó
subliminalmente, que es como más os gusta, que el control, pastoreo,
esclavización o somatización de los civilizombis de la subespecie suicida
era una cuestión de ovarios y no de cojones, entonces no lo entendí. [Ver
página 61 y 62.]
—El Sistema, la realidad de Matrix o Civilización, llámalo como
quieras, es un indiscutible matriarcado y la organización de la especie
humana también —aseguró el César sin entrar en parecidos— pero las
antepasadas de las diosas se equivocaron. Clara lo sabía muy bien.
—Al parecer —sacó Sancho—, también lo sabe Isabel aunque 400
años atrás lo podría haber sabido igual.
—Cada uno debe de saber lo que hace, cuándo y por qué lo hace
—añadió el caballero—. La vida no es tan simple como nacer,
esclavizarse, multiplicar, jubilarse y morir para derechitos al paraíso ir; la
vida es eterna. Si se le da validez a mi testimonio, puede asegurar que
Isabel es una mujer que si ha hecho lo que ha hecho…
Pasó un momento hasta que César lo completó con «ella sabrá por
qué»; por su mente debió pasar una versión turbo-abreviada de todo lo
acontecido con Isabel, desde que se reconocieron en el monte Salomón
hasta nombrarle Caballero Alcor. ¿Dónde está el César aquel
tridimensional? Volvamos de la Galia porque el escudero lo va a soltar.
—Pues sin duda que es testaruda porque lo intente como Eugenia
otra vez —arremetió el escudero.
—¿Ya empiezas con los enigmas sin resolver?
—Es muy fácil caballero Alcor. Se trata de la misma mujer: ¡Isabel
Clara Eugenia!, que necesita que la humanidad se entere de la realidad
real como sea. ¿Por qué no?
Quien conozca al caballero Alcor sabrá que cuando su
microprocesador funciona demasiado deprisa, a veces piensa «¡Qué más
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