El César vs. el Estado

—Si los civilizombis se enteraran por nuestra parte, mereceremos al
menos la consideración —añadió Sancho.
—¿Quién será primero, la Federación Galáctica o la Caballería
Andante? —cuestionó don Quijote—. Quizá sea la pregunta del millón
pero imagínate lo que estarán sintiendo ahora ambas Caballerías ante el
tablero de ajedrez cuando para comenzar la partida se necesita más de un
mes. ¿Estrés, indecisión, duda? ¿Qué palabra se puede poner? Cuando
nos encontremos con el caballero Alcor, úrgele para que seamos los
primeros en dar en la piedra, aunque juegue con negras. Hay que evitar la
hostilidad entre civilizombis y despiertos como sea. ¿Cómo crees que se
sentirá el caballero Alcor ante este dilema?
—¿Nerviosillo?
—Pregúntaselo a él.
—Por el lugar de los luceros —evocó el escudero—, debemos de
estar cerca del alba; por los trinos de los pájaros el día estará
amaneciendo. Podríamos poner sueño en el alma para que ¿mañana-hoy?
(¿entrada-salida/dentro-fuera?) podamos despertarnos donde sea pero
despiertos.
—¡Qué poético eres Sancho! —felicitó con cierta ironía el
caballero—; ¡tanta constelación de estrellas y tanta luz del alba! para estar
ahora cegato.
—Invisible pero no cegato —puntualizó el escudero—. Quizá no
vea con los ojos de la cara pero veo con los del alma.
—Tanta poesía blandengue te está poniendo repipi.
—¿Qué le hace pensar que es poesía: las estrellitas en los ojos o lo
cara que cotiza el alma?
—Pues si no es poesía, será cierta ironía con la que balancear la
democrática ecuación de la hipocresía.
—Es que me siento tan a gustito aquí… —ronroneó Sancho—.
—Deja de vacilar a los lectores porque se van a mosquear con lo que
hablas; ellos saben perfectamente que no estás viendo ni sintiendo nada
porque ahora sólo existes en la imaginación; los lectores son conscientes
de ello. En este instante, que se puede definir como eterno, estás entre
unas líneas de palabras y no estás entre los lectores de palabras. No
olvides que la cuestión es «Estar o no estar» y no «Ser o no ser». Al
parecer tú estás; que sea donde sea, ¡qué más da! Dependiendo desde
dónde se digan, palabras como dentro/fuera o salida/entrada pueden
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