El César vs. el Estado

causalidad o usted mismo me las vaya presentando en el orden que
quiera? Como ve, no es cuestión de querer sino de poder hacerlo.
—Efectivamente, el ego es lo que te obliga a vivir encerrado entre
líneas; pero parecería que tienes razón si no fuera porque cada uno puede
tomar sus propias decisiones y cortar el cordón umbilical que nos ata a
las cosas, a las personas, a las vocaciones e incluso a los deseos.
—¿Por ejemplo?
—La fortuna de la fama. No te voy a pedir que todavía reconozcas
que te encanta ser un personaje inmortal que está en la mente de
millones de lectores porque tus maneras te delatan. Cuando te liberes de
la fama, una de las causas de la ceguera, comenzarás a percibir que otro
mundo se abre ante ti. Cuida de tu cuerpo como te sugiere el sentido
común, desapégate de deseos y aversiones, olvida esperanzas futuras o
frustraciones pasadas y vive exclusivamente en presente. Cuando esto te
suceda, estarás preparado para ver la puerta que te puede convertir en
lector o en cualquiera de las infinitas posibilidades hasta que tú decidas
en cuál estar; la de lector es solamente una. No te precipites Sancho que
las propias aventuras terminarán experimentándolo.
—Cuando estamos limitados por la bidimensionalidad ¿significa que
tenemos coartada la profundidad? ¿Es esta la diferencia entre dioses y
esclavos, creadores y personajes? Quizá nos pasa como a los egipcios:
hasta que el faraón nos conceda el alma después de despilfarrar nuestras
vidas en la construcción de sus tumbas, estamos aplastados de perfil.
—Una cosa son los egipcios de las pirámides, otra los lectores que
también puedan vivir en Egipto y otra cosa son los dioses aunque ellos
también vayan a leer nuestras aventuras.
—Si me va a hablar de algo, empiece por lo más grande que para
mediocridades ya tenemos a Matrix.
—¿Para qué quieres escuchar quiénes son los que manejan
Civilización si el tiempo no existe en tu cosmovisión? Poco o nada vas a
entender de lo que te diga y más bien atarás las cosas por las ramas.
—¿Por qué no lo intenta maestro? Quizá no sea tan menguado como
parezco y reconozca a los lectores después de percatarme de la presencia
de los dioses, creadores y señores de todas las cosas.
—Sé responsable de tu coraje y luego no eches a otros la culpa de las
caídas. Como ves, hasta tú puedes tomar decisiones ¿quieres saber
quienes son los dioses…? Pues bien, son los descendientes de un Clan de
gentiles que decidieron convertirse en los pastores de los sapiens. ¿Desde
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