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El César vs. el Estado

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has comparado las emisiones tóxicas con las subprime y no te he dicho<br />

nada para no atosigarte; Las hipotecas basura son sólo un estornudo; la<br />

gripe, ya sea gorrina, humana o aviar está en otra parte virtual de la<br />

macroeconomía; <strong>el</strong> problema grave está en los «derivados financieros»,<br />

en los mercados de futuro y sobre todo, en que los gobermangantes no<br />

digan nada. Cuando aparezcan las consecuencias de estas «emisiones», la<br />

basca va a flipar. Democracia es <strong>el</strong> sistema idóneo para que bajo su<br />

amparo se realicen este tipo de abusos y muchísimos otros más; cacarean<br />

al pueblo que tienen la soberanía y después hacen lo que les da la gana<br />

con <strong>el</strong>la, tanto con la intoxicación económica (ver Wall street) como con<br />

la medioambiental (ver Erin Brockovich, <strong>El</strong> dilema).<br />

—¿Con <strong>el</strong> pueblo o con la soberanía? —preguntó <strong>el</strong> ingenuo Sancho.<br />

—Con ambos a la vez.<br />

Se citará exclusivamente a los Money Masters por si cualquiera quiere<br />

enterarse en Internet de la calaña de estos tíos: T. Rowe Price, Warren<br />

Buffet (otra vez), John Templeton, Richard Rainwater, Paul Cabot,<br />

Philip Fisher, Benjamin Graham, Mark Lightbown, John Neff, Julian<br />

Robertson, Jim Rodgers, George Soros (está por todas partes), Philip<br />

Carret, Macha<strong>el</strong> Steinhardt, Ralph Wanger, Robert Wilson, Meter Lynch.<br />

Todo tíos y seguramente machotes (leer Money masters of our time).<br />

—Ya te he comentado que hay demasiados psicópatas integrados.<br />

—Todos se están intoxicando con los metales pesados que salen por<br />

esas chimeneas y que <strong>el</strong> viento, que no es racista, se encarga de expandir<br />

por los cuatro puntos cardinales —continuó <strong>el</strong> caballero Alcor pasando<br />

de la psicopatocracia—. Se intoxica <strong>el</strong> alcalde, se intoxican los concejales,<br />

se intoxica la guardia civil, se intoxica la policía municipal, se intoxican<br />

los vecinos, se intoxica hasta la presidenta de la Comunidad de Madrid,<br />

pero…<br />

—Pues como ya habrá quedado claro, ¡menudo asco!<br />

—Pues todavía te dicen que si quieres lo tomas y si no… ¡te lo<br />

tragas!<br />

—Esto suena peor que lo de las lentejas que al menos las puedes<br />

dejar.<br />

—Lo que suena indignante, inhumano o provocador, es que todos lo<br />

saben y todos callan.<br />

—¿Como si en vez de residuos tóxicos estuvieran quemando judíos<br />

en la II Guerra Mundial? —revolvió Sancho.<br />

—¡Vaya comparaciones!<br />

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