El César vs. el Estado

entre las piernas. Se escucharon al fondo algunos gritos a coro que
increpaban: «¡¡¡¿Que qué nos pasa? Que no tenemos casa!!! ¡¡¡Ni estando
en plantilla, nos dan vidilla!!! ¡¡¡Pongan atención, hay corrupción!!!
¡¡¡Espe, Espe, Espe, especulación!!! ¡¡¡Si esto no se arregla, guerra, guerra,
guerra!!! pero el (SSS) no reaccionó como suele hacerlo en otras
ocasiones.
Un helicóptero negro de intervención rápida revoloteaba por los
alrededores y cuando su ruido molestaba «¡¡¡Schiiisss, Schiiisss!!!» se oía
en la plaza. Alguna orden tuvieron que recibir para alejarse lo suficiente
como para no interferir en el suceso. Estaba preparado para actuar en
caso de que el rey tuviera que salvarse por los pelos, o sea, elevándose a
los cielos.
Como se puede escuchar, existe cierta tirantez en el ambiente y la
manera más efectiva de rebajarla es con un cambio de atención. Qué
mejor manera que dar por terminado el mamotreto para que cada uno se
estire o destense como su psique enjuicie que quiere.
[Estas páginas que quedan en blanco
son caprichos del Programa Word
o del bicho que las ha transcrito
que además de aumentar el tocho,
para que quede más docto,
despilfarran mucho papel
y eso no está nada bien.
La estética ortodoxa dice
que se rellene con algo sabroso;
como a estas alturas se sabrá
los que participamos en esta salida
nos pasamos estas paridas
por el forro de los sobacos
y así dejándolas en blanco
se pueden escribir notas,
dedicatorias amorosas
o desahogar unos cuantos tacos.]
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