El César vs. el Estado

«¡La Rebelión final de la especie humana
ha comenzado; se rebelan contra los propios
dioses tutelares que los han traído ante el
exterminio y la extinción!» es la conclusión que
clama la Historia de la especie humana. Que
sean los personajes de una novela los que
hayan decidido hacerlo primero debe de ser
una consecuencia más de este caos actual. ¿Por
qué ahora? Por la extinción. Junto al
esclarecimiento de los cuatro anónimos jinetes
del Apocalipsis, sean los que manejen los hilos
o no lo sean, se desvelan otras cortinas de
humo que han mantenido perpleja a la
humanidad en general y en especial, a los
lectores de don Quijote y Sancho. Se rebela
quién es el autor real, quiénes sus
transcriptores y quién es la pareja inmortal.
Bueno, y se dicen algunas cosas más que quizá
pudiera sorprender al más desalmado de los
secuestradores de la realidad real. Por lo
demás, disfruten de la rebelación de la rebelión
que sucede en el papel y no se olviden de que
se trata de un viaje interdimensional y no de
otras zarandajas espaciotemporales. Cuando
lleguen al final, céntrense en la realidad real
que nos rodea y tomemos una decisión: ¿Qué
hacemos ante la extinción? ¿Que se rebelan los
protagonistas de Civilización? ¿A quién le
puede importar una rebelión de los
civilizombis de carne y hueso? A los dioses.
¿Quién maneja los hilos, los propios
civilizombis que se creen dueños de sus
decisiones o los holográficos dioses que
utilizan la energía sonora del transcriptor para
lavar sus conciencias? Pues gentes: ¡atiendan y
lean que de lo que aquí se trata es de poner
boca arriba lo que un andalusí pone boca
arriba en un libro transcrito hace nada!
Entonces ¿de qué se trata «aquí»?
Hasta aquí, colorín colorado, porque si
no, ésta va a ser la salida del nunca empezar.