El César vs. el Estado

Sancho—. Quizá así se den cuenta de cómo les fumigan con las
incineradoras terrestres y con los chemtrails extraterrestres (Ver en
Internet Estelas químicas de los aviones).
—¡Qué bien te sienta la Dehesa de los Hueros!
—No tan bien como a ti. Tú la disfrutas todos los días y yo sólo he
venido a descongestionarme de Madrid.
Después de un breve silencio, el escudero volvió a la carga de la
palabra con otro tono menos incisivo y más conclusivo.
—Cuando la extinción está tan presente, es imposible que nadie
sienta vergüenza por un engaño tan burdo como el del pecado original
porque lo que se nos viene encima es insólito en la historia de la
humanidad. Gracias a la perspectiva histórica que ahora tenéis, quizá
entiendan que lo del otorgamiento del alma era una patraña pueril y
gracias a esto, se den cuenta de todas las demás. Porque ¡anda que lo de
la virginidad de una madre, lo de la santísima trinidad y lo del pecado
original…! ¡Tiene cojones la cosa! Léeles el Génesis para que se enteren
cuáles son los planes de los dioses en cuanto al exterminio y ¡ten
confianza en los civilizombis!, quizá no están tan hibernados como
parecen.
—Pues eso Sancho, esperemos a que el futuro sea presente.
Dependiendo de la fuerza del viento, el pestilente olor se hace más o
menos presente pero el problema es que lo mejor de esas emisiones es
precisamente el repugnante olor; lo realmente grave son los metales
pesados que contiene el apestado aire, las dioxinas, los ácidos y los
furanos. Incluso Sancho, que dice no importarle si es aire lo que respira,
está dándose un paseo por el pecado original del alma que otrora
otorgaban los faraones y ahora los premiados cupones. Intenta dispersar
su mente porque el olor de hoy es especialmente nauseabundo y porque
Madrid le ha calado en lo más profundo. Cambiar la concepción que
tenía sobre la gran ciudad, de manicomio experimental a incubadora de
psicópatas, ha dejado muy jodido al escudero y por eso se hace un poco
el listillo. Volviendo al olor, que es lo que tenemos en presente,
seguramente ha tocado el turno de la incineración de los restos de
material de hospital, con órganos humanos residuales incluidos, y por
eso el humo está tan viscoso y poco fluido.
Como se había advertido, cuando al escudero se le sube el tono, su
conversar se convierte en fugaz. Don Quijote es un despertador tan
efectivo que a Sancho no se le queda detalle en el olvido. Efectivamente,
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