El César vs. el Estado

conocen todas las respuestas habidas y por haber; seguro que esta es la
razón por la que no se replantean nada de nada ni se preguntan ningún
porqué. Bueno, se plantean si el jurado de Eurovisión estaba comprado
para que otorguen años tras año los premios de manera tan arbitraria o si
la española era la idónea. El porqué es lo que nos separa de ellos, a
ustedes de mí. El porqué es la fuente del poder real, sin él se está
indefenso. Y así han venido a mí, sin tener un porqué, carentes de
poder. Si los civilizombis con los que nos crucemos no son capaces de
diferenciar personajes bidimensionales de humanos de carne y hueso,
será porque están aburridos de saberlo todo aunque realmente no se
hayan respondido a ninguna pregunta: ¿De dónde venimos? ¿Quiénes
somos? ¿Qué deberíamos hacer? ¿Adónde vamos? ¿Qué es la realidad?
¿Nos estamos extinguiendo?
»Es fácil suponer que con tanta universidad, tanto doctorado, tanto
máster, tantos créditos, tanta superioridad y tanto sapiens sapiens, deben
de haber olvidado lo sencillo que es vivir la vida. Por nuestra parte ¿qué
le parece si volvemos a hablar con normalidad y nos dejamos de
epistemologías lingüísticas?
No se conocen puntos débiles en don Quijote y por eso no se puede
entender la reacción que tuvo al largo discurso de Sancho, una master
class que describe lealmente cómo condimentan a los esclavos y
especifica algunos de los púlpitos y altares desde los que emiten la señal
imperial. Sin necesidad de hacer interpretaciones morales, vayan aquí las
palabras que pronunció el despechado caballero.
—Si supieras leer, podrías coger el libro y abrirlo por el final para
saber lo que sucederá.
—Pero mi señor, se supone que esta Odisea está siendo escrita poco
después de que suceda; es como un Cuaderno de Bitácora en el que se
anotan los acontecimientos diarios. ¿Cómo se puede saber lo que va a
suceder si todavía no está escrita ni la noche actual ni el día de mañana?
¿Cómo puedo leer sobre el futuro si ni se conoce ni existe? Ya sabe que
mi yo no se acompleja por nada, ni por no saber si sabe leer.
—Tienes razón Sancho. No sé si el Caballero Alcor conoce el
término de todo esto pero sin duda, ahora soy yo el que tiene la
necesidad de encontrar El César V5. 3l Est4do para leer el final de la
Odisea. Me temo que me he infectado por la impaciencia de la
curiosidad. La realidad de Matrix te está transformando en una dirección
y a mí en otra.
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