El César vs. el Estado

—Me imagino que por los tiempos que corren, se hará con el
ordenador —respondió el escudero.
—No; me refiero a que… No lo entiendo, no sé a qué me refiero
—comentó el rey.
—Yo sí sé a qué te refieres —ayudó el escudero—. Entre que los
dos son alquimistas y los manuscritos que le entregará mi maestro, el
caballero Alcor realizará alguna composición en la que escuches esta
sinfonía con la presencia de dilemas y sin la ausencia de disonancias. Mi
alcance no llega a tan altos lances; esta es una justa entre caballeros en la
que reyes y escuderos no pintamos nada.
—¿De quiénes se trata? —interrogó el rey.
—De rebeldes Caballeros Andantes y de dioses Caballeros Jedis
—aceptó el escudero.
—¿Tiene que ver con Illuminati y Bilderbergs? —preguntó el rey.
—Que no majestad —respondió Sancho—; tiene que ver con las
que controlan Matrix y con los que se rebelan contra ese control.
—¿Se trata de una guerra? —interrogó el rey.
—¡Qué va majestad! —aclaró Sancho—. Es una partida de ajedrez
pacífica, silenciosa y esperemos que caballeresca.
—Ya estamos con la esperanza a pie de boca —cuestionó el rey.
—¡Es que los dioses tienen formas que cualquiera sabe! —explicó el
escudero—. Repasa lo que le pasó a Gandhi, Kennedy, Lennon, Luter
King o por irnos más atrás, a Jesucristo y sabrás cómo terminan los
dioses con las partidas; los rebeldes con voz acaban asesinados por una
facción popular o por «El Pistolero Solitario». El César V5. 3l Est4do es el
movimiento de apertura del caballero Alcor que ¡obviamente!, comienza
la partida de ajedrez jugando con negras. ¿No le parece silenciosa y
pacífica esta apertura que demuestra lo caballeresco del comienzo de la
partida?
—¿Dónde está el Caballero Alcor? —preguntó el rey.
—Pues no sé si escondido en el tiempo o en algún lugar de la
Mancha de cuyo nombre no puedo acordarme —afirmó el escudero—.
Es duro para un hombre arriesgar su vida, especialmente si no
entiende el motivo. Recuerde que cuando un programa sabe que
será borrado, suele preferir exiliarse a menos que no pueda romper
su palabra. Todos los días borran programas; antes de que ocurra, el
programa puede optar por esconderse aquí o por regresar a la
fuente.
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