El César vs. el Estado

»La actual Civilización está tan influida por las consecuencias de lo
audiovisual que el futuro que no existe llamaría al sanguinario XX el
Siglo del Cine porque consiguió la supremacía de las apariencias, al igual
que al literario XVII se le llama el Siglo de Oro, porque en él se continúan
derramando ríos de sangre para robar oro.
»No tengo ni idea de lo que te puede haber llevado a relacionar
Matrix con un programa informático y a entender que las conductas y los
afectos civilizados están totalmente tergiversados, pero si la visión del
prólogo de la película te lleva a estas conclusiones, no quiero imaginar lo
que sentiré cuando la expliques al completo.
Hay veces que se enrolla tanto el caballero, que uno se olvida si lo
que pasa es durante la noche o durante el día. Para situarnos se recordará
que la pareja inmortal ha traspasado la barrera dimensional y se
encuentran en uno de los anocheceres primaverales de primeros del mes
de octubre y del siglo XXI de la Matrix tridimensional. Menos mal que la
atención de Sancho no deja detalle sin hilar y se prepara para contestar.
—Si como usted dice es el sentido común quien está hablando a
través de mi boca, es fácil que las decisiones y observaciones que escucha
sean las oportunas; no tengo más que quedarme quieto y dejar que la
lengua exprese. Déjeme aclararle algunas cuestiones.
»Lo primero es que está anticuado. Cambiar el gobierno de la ínsula
por el gobierno de mi yo es la decisión que aparentemente nos ha traído
a este espacio. Se lo recordaré tantas veces como sea menester pero
podría no ser cansino y olvidar a mi ego que tengo en clausura y
modernizarse como hace Civilización: ¡no quiero ninguna isla, quiero
vivir!; he aprendido que ambas cosas son incompatibles o dicho de
manera general, he asimilado que la realidad de Matrix es inconciliable
con vivir la vida. Necesita una actualización del software porque sufre
lagunas epistemológicas en su memoria que podrían interferir en nuestro
discurso.
—¿Tan rápido eres capaz de cambiar? No creo que estas
transformaciones se puedan realizar en un instante. Empiezo a dudar si
eres tú el que habla, si estás soñando despierto o si estás hablando
dormido; a veces me asustas con tu programación neurolingüística.
¡Menudo lenguaje el que utilizas!
—¡Debe de haber olvidado el poder que tiene tomar una decisión!
—contestó Sancho enérgicamente—, sobre todo si se armoniza con
sentido común. Además, no exagere que a usted no le asusta ni
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