El César vs. el Estado

—Desconozco que los animales diferencien lo humano de entre los
sapiens. Tantos milenios matándolos hasta el exterminio es como para
mosquearse. No sé si huyen del exterminador o se asustan ante un
desconocido mucho más grande que ellos y que de pronto se mete en el
territorio en el que viven. Al esconderse evitan las confrontaciones
causadas por la posesión o usufructo del terreno; ignoran si es alguien el
que tiene que pisar por ese lugar y se muestran respetuosamente
distantes con los desconocidos, no severamente vigilantes contra los
invasores.
—Si lo dice por el tamaño, he visto a conejos y perdices junto a
toros o caballos y no se asusta ninguno.
—Porque se conocen; cuando se convive en un mismo espacio en el
que nadie molesta a nadie, nadie es el dueño de nada y nadie tiene que
adorar a nadie, lo natural es que la vida sea armoniosa. Los problemas
comienzan cuando el ego interfiere entre los coterráneos y surgen las
disputas por ser el más chulo de todos o simplemente, por ser más chulo
que los otros.
—Entonces no hay razón para tomármelo de manera personal
—reflexionó Sancho— y entiendo que mientras que no conviva en un
ambiente en el que se desarrolle la vida natural, los animales huirán de
cualquier extraño, sea sapiens o fuera Alien. Cierto es que los conejos de
corral no desaparecen ante los que les tiramos las zanahorias reales.
—Pues aprovecha y fíjate en la diferencia. Los animales de corral, de
granja o de cría intensiva ya no trabajan, ahora producen; producen
huevos, piel, carne, sustancias afrodisíacas, lana…; pero también
producen enfermedades, purines, metano, toxemia, huesos, desechos…
Los sapiens tratan a los animales como si fueran máquinas biológicas o
productos de biofábricas, los tratan con más descuido que a sus
peluches. La muerte es el premio que los animales civilizados obtienen
por pasarse la vida estabulada en parámetros de los que no saben salir; el
asesinato es el premio que obtienen después de pasarse la vida sin
enterarse de lo que era el vivir (ver Babe, El bosque animado, Earthlings).
Los animales domesticados rinden cuando están muertos porque
mientras que están vivos, explotan a los peones que trabajan para ellos y
no viceversa. Existen variadas profesiones en las que los esclavos
justifican y dedican toda su vida y su ilusión para sacar el fruto de los
animales que cultivan con el único fin de llevarlos al matadero.
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