El César vs. el Estado

ebelde de la Nabucodonosor III y que la paz de Sión está con todos
nosotros, con su espíritu y en contra de los Agentes de Mastrich.
—¡De Matrix Sancho! Mastrique es una réplica minúscula y parcial
de Matrix; que a estas harturas tenga que corregir esto, va a dar que
pensar en la gente que de causalidad trata todo esto y no de la
inconsistente casualidad.
—También pueden pensar que el transcriptor las pilla al vuelo y se
expresa con liberalidad.
—¿Volvemos con las mujeres o nos vamos de paseo? —preguntó el
caballero cansado por la dispersante anotación.
—Zin acritú, prezidente, zin acritú —dijo Sancho zonriendo—, que
si no, la ira borrará el Programa Ecuanimidad y en vez de mandarme a
paseo, va a comprobar que no nos podemos ni despegar de las hojas; si
quiere que afine más, profetizaré que podrá comprobar que no somos
más que palabras a las que da igual que las manden a pasear.
Un cambio de atención
diluye la aversión,
el que entra en meditación
lo sabe mucho mejor.
Después del pedaleo en el campo
de contemplar la luz crepuscular,
dejar a la brisa acariciarme
y saciarme de serenidad,
he vuelto al mismo mogollón
con el que estaba antes del paseo
pero sin ninguna aversión
sigo con la misma canción.
Lo perdido perdido está
pero no la capacidad
de seguir con alguna otra cosa,
cualquiera que asombrarme pueda.
De momento y para mi sorpresa
me he metido en otro plano
escrito a dos columnas
en el que el narrador no pinta un
[rábano.
Este formato se usaba
para el matrimonio feliz
que no saben nada de nada
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de la vida del amor de su vida.
Así que será mejor
que me salga rápidamente
para que no se piense la gente
que soy un vulgar usurpador.
Con la pareja plebeya,
prosaica y dicharachera
nos habíamos quedado colgados
a causa del jodido ordenador.
Nada se ha arreglado
pero ya está asumido
así que volvamos a un lugar
que se llama Hogar, dulce hogar.
Ya lo estarán distinguiendo
por el uso de decasílabos
que rimados más o menos
y contados menos que más
parece que es el formato
que ha escogido la pareja ideal.
La realidad que se respira
en el gélido hogar glacial
muy lejos de ser tan dulce
no se puede ni respirar.
Una vez cepillados los piños