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El César vs. el Estado

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que están cerca de <strong>el</strong>los. <strong>El</strong> exterminio de la oruga se intenta mediante la<br />

fumigación pero no es nada efectivo. Si Naturaleza decidiera extinguir a<br />

las orugas, no iba a quedar ni una sola aunque estuviesen todo <strong>el</strong> día de<br />

procesión en procesión rogando por la salvación de sus almas. ¡Si no,<br />

que se lo pregunten a los dinosaurios nazarenos que quedaron o a los<br />

sapiens replicantes que vayan a quedar!<br />

A veces siento que igual que no es necesario que <strong>el</strong> escudero se<br />

entere de todos los detalles, tampoco tiene que ser necesario que los<br />

lectores sepan todos los pormenores pero aclararé uno a ambas partes.<br />

Conocemos la hierba de trigo desde que nos la presentó <strong>el</strong> maestro Cide<br />

Hamete Benengu<strong>el</strong>i, por esto tiene tanta importancia en nuestras vidas.<br />

En una ocasión estando en Alcalá de Henares, la extrema gravedad d<strong>el</strong><br />

príncipe don Carlos atrajo la atención de F<strong>el</strong>ipe II que convocó a los<br />

mejores galenos de Castilla para tratar su curación. La muerte segura la<br />

evitó <strong>el</strong> druida andalusí que acudió en última instancia a solucionar un<br />

entuerto que empeoró con los remedios que imponía la ciencia médica<br />

renacentista. La sanación pareció tan milagrosa que los doctores de la<br />

corte dictaminaron que se debió a la cercanía de las r<strong>el</strong>iquias de un santo,<br />

una razón que no parece muy científica y que confirma <strong>el</strong> tipo de<br />

componenda que la ciencia utiliza para curar a los enfermos: la<br />

psicológica. La sanación real se produjo gracias al tratamiento que recibió<br />

a base de hierba de trigo y que marcó <strong>el</strong> comienzo de la r<strong>el</strong>ación con<br />

Cide Hamete.<br />

Quizá sea la desorientación de estar a caballo entre dos realidades<br />

pero confieso que surge la duda entre contar todo lo que inmortaliza la<br />

memoria común o pasar por encima de recuerdos a costa de que fueran<br />

los imprescindibles. Hay riesgos que hay que correr y aprovechando <strong>el</strong><br />

silencio de los actores, voy a descansar también.<br />

<strong>El</strong> sonoro paso de las grullas reconfirmaba lo otoñal de estos días<br />

porque surcaban <strong>el</strong> aire en dirección sur donde las temperaturas<br />

moderadas hacen más templados los otoños e inviernos. Vu<strong>el</strong>an en<br />

forma de «uve» aunque no se sepa en qué universidad han aprendido<br />

estas nociones de aerodinámica; migran durante cientos de kilómetros<br />

sin chocarse y la convivencia es ejemplar, ninguna quiere llegar antes y a<br />

ninguna le importa llegar la última; unas veces descansan jugando con las<br />

térmicas trazando circunferencias en <strong>el</strong> aire y otras veces continúan con<br />

su viaje todas de acuerdo. Cuando están en tierra, decían Aristót<strong>el</strong>es y<br />

Dión Casio que las utilizaban para los combates por <strong>el</strong> aparatoso ardor<br />

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