El César vs. el Estado

—Matrix es una fatalidad aunque no te creas nada de lo que dicen
—corrigió el César—. Nos quieren engañar con cuentos chinos aunque
los etiqueten de académicos. Afirmar científicamente este disparate es
como decir que las mujeres sanas que tienen un nivel adecuado de
estrógenos, muy superior al de las mujeres sedentarizadas, tienen el
sambenito, la potencialidad o incluso la exigencia de su falta de fidelidad.
—¿Tienes a mano otro ejemplo para que descarte la casualidad?
—pidió Sancho más todavía—. Dos testimonios otorgarían fidelidad a la
teoría de los cientificuentos chinos.
—En otro periódico pero esta vez en formato digital —concedió el
César—, leí otro llamativo titular: «Las aguas contaminadas "feminizan"
a los machos» [Ver El Mundo Digital 20/01/2009.] Resumiendo el
artículo relataré su contenido: «La fertilidad masculina está en crisis y
uno de los factores que pueden estar afectando a su menguante éxito
reproductor es la polución de las aguas. Hay un nuevo grupo de
sustancias químicas que actúan como antiandrógenos, es decir, que
bloquean las hormonas sexuales masculinas. Estos antiandrógenos se
encuentran en numerosas medicinas (tratamientos de cáncer) y en los
pesticidas utilizados en la agricultura».
—¡O sea, que estáis amariconados! —simplificó Sancho. ¡Ya lo decía
yo sin necesidad de periodistas ni científicos.
—Para ser científicos habría que decir destestosteronizados.
—O sea —insistió más el escudero—, que la parálisis actual de los
machos sapiens que no reaccionan ante nada, la mansedumbre que les
invita a tragar con todo y el silencio cobarde ante la corrupción de los
políticos, está causada por las aguas contaminadas de los ríos.
—Yo no descarto que entre los factores que influyen a esta
nauseabunda «feminización de los machos», los pesticidas más utilizados
y las medicinas mejor vistas tengan ingredientes que ablandan a la
sociedad en general y a los varones en particular. Cuando hice la mili
decían que echaban bromuro a las comidas para mitigar la ansiedad
pornográfica y evitar la proliferación de ayuntamientos homosexuales.
¿Qué harán ahora?
—Una parida como la copa de un pino —resumió Sancho después
de entender a la ficticia ciencia—. Para la ciencia, la homosexualidad era
una enfermedad hasta 1973 ¿ahora qué se van a inventar? Para la ciencia,
la tierra era plana hasta mediados del XVII y resultó ser que no. Para la
ciencia, ella misma era determinista y resulta que ni ella misma sabía que
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