El César vs. el Estado

»Todo el mundo sabe a qué me dedico Sancho desde por lo menos,
hace 400 años; hackear la Señal de Matrix es mi interés principal.
¿Cómo quieres que me esconda si estás poniendo hasta a mis comodines
boca arriba?
—No creo que los ciudadanos lo tengan tan claro como piensas
—objetó el escudero— porque no saben lo que es un rebelde radical; no
hay más programas como tú. Pero hasta yo podría decirte algunos de
tus disfraces: músico, transcriptor, aljamiado, Salvaje, constructor,
falsificador, andalusí, censurador, malamati, hortelano, adalid, náhuatl,
albañil, imperator maximus, taxista, caballero… ¡hasta arquitecto! (¡Qué
mosqueo!) ¿Quién cojones eres?
—Más bien sería qué cojones soy porque quién soy está claro —se
presentó César—: el caballero Alcor de Castilla al-Andalusí o si se quiere,
el sujeto pasivo nº 395.503-F, otro disfraz que habías olvidado citar. En
cambio, hay algunos que has dicho que no estoy de acuerdo.
—¿Por qué eres al-Andalusí?
—Porque lo he recibido en herencia y estoy orgulloso de ella.
—¿Mucha casualidad, no? Dada tu antigüedad, deberías de ser un
Farfán.
—¿Me estás llamando viejo?
—Total ¿qué mas da unos siglos más o menos?
—Joder Sancho, mis antepasados son del siglo pasado pero llevarlos
al VIII en el que ciertas familias españolas vivieron en Marruecos
conservando la fe cristiana, es pasarse un pelo.
—Poco después apareció el Cid y no puedes negar que tendrás
antepasados en el siglo VIII.
—Ni tú asegurar que sea farfán.
—Como la presidenta de la esperanza y de los Gil —amenazó el
escudero volviendo a los disfraces—, se entere de que entre otras
«dedicaciones» has falsificado una partida de bautismo, te va a mandar al
purgatorio.
—¿Por qué? —dijo el sujeto pasivo.
—Porque si por decir un taco a mí me mandó al confesionario,
por falsificar una partida de bautismo te va a poner a parir. ¡Ya lo verás!
Es una aprendiz de bruja que no llega ni a la altura del calcetín de El ama
Juana. ¿Mira que aparecer en una rueda de prensa con esa guisa tan
decrépita después de haber rodado una película de extra? ¡Qué
desvergüenza!
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