El César vs. el Estado

Demasiada importancia se le está dando a la actividad de ese pasivo
o psicópata sujeto al quedar referida su insignificante personalidad en tan
inmortal salida; alardeando de su usurpado poder, el jodido juez
considera un delito de injurias a la Corona tipificado en el Código Penal a
lo que en La Biblia se llama sencilla y simplemente «conocer». Si por sus
conocimientos de leyendas urbanas sufre un alzheimer riguroso, le
aclararemos que el Príncipe don Carlos es de la Casa de los Habsburgos
o Borgoñones o Austrias, no de la de los castos e impolutos Borbones.
Todo lo que se diga de la monarquía no se refiere a la sin pecado
concebida de la actualidad sino a la pecadora y golfa Casa de Austria que
¿no es de Francia también?
Miguel de Cervantes, William Shakespeare, el Príncipe don Carlos o
el Caballero Carlo saben que por el contenido de El César V5. 3l Est4do, se
puede secuestrar este libro, a su transcriptor y si pudiera, el juez se
«apropiaría» hasta de mí aunque para ello tuviera que quedarse sin leer El
Quijote, Romeo y Julieta o El rey Lear, algo que probablemente le dé igual.
El terrorismo de Estado no es solamente el que utiliza el poder ejecutivo
(mister X, sus cuatreros y muchos más), también son terrorismo de
estado los vicios que se dan en el poder judicial (sr. del Olmo, sr.
Estevill…) y los anacronismos y abusos del poder legislativo (¡Menudas
leyes siguen en vigor! Si hasta la propia Constitución es más machista
que los padres que la parió).
Ya lo decía don Quijote en El rey Lear ¿o «El rey real»?:
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Gloster: Es calamidad de estos tiempos que los locos guíen a los ciegos.
[…]
Lear: se puede ver cómo va el mundo sin tener ojos; mira con las orejas. Ve
allí cómo un juez injuria a un ladrón sincero. Presta el oído. Cámbialos de
sitio por arte de birlibirloque. ¿Quién es el juez? ¿Quién es el ladrón? ¿No
has visto al can de una granja ladrar a un mendigo?
Cuando la pareja inmortal se encuentre con el caballero Alcor, haré
que le informen de la (políticamente correcta) ferocidad democrática
legalizada para que recuerde que es mucho más irracional y atroz que la
santísima inquisición. Menos mal que el sr. Anasagasti dice que los de
Borbón «son una panda de vagos» y nadie se ha atrevido a rechistar ni a
decir ni pío. El coronel Martínez Inglés o el señor Barroso lo dicen de
manera más «científica». ¿Será porque en todo lo que declaran tienen la
razón?