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El César vs. el Estado

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—Por supuesto maestro. Está claro que <strong>el</strong> cura no era santo de su<br />

devoción sino <strong>el</strong> rey de los demonios d<strong>el</strong> infierno.<br />

—Por resumir y finalizar rápidamente con su vida —prosiguió don<br />

Quijote—, las palabras d<strong>el</strong> rey: «acordaos, cardenal, que yo soy <strong>el</strong><br />

presidente» determinaron en <strong>el</strong> favorecido dignatario un síncope que le<br />

llevó al sepulcro repentinamente, precipitando aun más su muerte los<br />

mismos médicos que habrían empezado a embalsamarlo cuando aún<br />

vivía. ¡Qué forma de quitárs<strong>el</strong>o de en medio! [Ver <strong>El</strong> silencio de los corderos;<br />

Hannibal.] Tal y como había quedado dicho durante <strong>el</strong> despertar de hoy<br />

de la pareja inmortal, la solución al acertijo d<strong>el</strong> infame cura es Diego de<br />

Espinosa. Tal y como se dice desde <strong>el</strong> primer capítulo de <strong>El</strong> Quijote, «<strong>el</strong><br />

cura de su lugar es un hombre docto y graduado en Sigüenza» tal y como<br />

sucedió con Espinosa, que fue <strong>el</strong>evado a la más alta graduación con la<br />

mitra de esta misma ciudad.<br />

—¿Ya está?<br />

—¿Qué más quieres? Habrá doctores que se encarguen de la exégesis<br />

microscópica de los personajes y <strong>el</strong> caballero Alcor los podrá evaluar con<br />

nanoprecisión.<br />

Don Quijote sabe que todos los lectores podrán seguir tirando<br />

fácilmente d<strong>el</strong> hilo de Ariadna como para entretener con su ego la causa<br />

real de la «póstuma» salida: prologar <strong>el</strong> anuncio de la extinción. Se<br />

necesita ir al grano porque <strong>el</strong> tiempo que sí existe corre en nuestra contra<br />

(la de la humanidad). Por eso habrá ido resumiendo las disecciones y<br />

seguro que para todos será de agradecer. Hacer la exégesis de todos sus<br />

personajes sería una obra monumental y aquí no se trata de esto ni de La<br />

R<strong>el</strong>atividad ni de la Tercera Guerra Mundial; se trata de anunciar que<br />

ante la extinción: ¡Reb<strong>el</strong>ión! Además, Sancho sería capaz de llamar la<br />

atención al ego de quien fuera si osara intercalar biografía, ciencia o<br />

guerra en medio de la transcripción; al menos existe un mortal que sí<br />

sabe de qué va la realidad real: extinción.<br />

Al llegar al punto geodésico d<strong>el</strong> Salomón, la pareja inmortal se<br />

detuvo a buscar a la pareja animal que había desaparecido. <strong>El</strong> aire<br />

templado subía por la ladera y refrescaba d<strong>el</strong> calor d<strong>el</strong> mediodía solar; al<br />

estar cercana la festividad de La Pilar, es algo extraño <strong>el</strong> que uno se<br />

necesite refrescar. Avistaron al perro cuando perdieron la vista al fondo<br />

de la ladera y lo hallaron rastreando la pista d<strong>el</strong> conejo blanco, pero d<strong>el</strong><br />

sapiens no había ni rastro; tendrá que aparecer por fuerza porque por<br />

ningún lado se puede haber escapado. Sancho bajó hasta una roca que<br />

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