El César vs. el Estado

—¿Querías reconfirmar que llevamos siglos diciendo exactamente lo
mismo? Pues ¡toma! —completó el escudero.
Ninguno de los ciudadanos
que salen a dos columnas
ha dicho una sola palabra
de esta historia de España.
Quiza sea porque en el cole
nada les cuentan de esto
y por eso ha resurgido
la Fundación al-Ándalus.
Quizá se cambie el cortar pijamas
por Jardines en la Alhambra,
quizá se cambie el que te chupen el pito
por jazmines, albahacas y mirtos,
azaleas, verbenas y claveles,
begonias, alegrías y tilos.
Detrás de estas ocultaciones
está la sacrosanta causalidad
porque al parecer manda dios
que los civilizombis no sepan
que en al-Ándalus se vivía mejor.
Cada uno con su credo,
cada cuál con sus costumbres,
cada uno con su dinero
y respeto entre todos ellos.
Ahora todos se pelean
por imponer sus propios rezos,
sus gorigoris y sus bostezos
aunque se partan el pescuezo.
Aunque sólo sea por lealtad
a lo que ocurrió en la historia real
de un momento de lucidez
en el que convivían todos a la vez,
atiendan al caballero Alcor
cuando sin ningún interés personal
les diga con mucho cariño
que el afecto es lo mejor.
Hay que ponerse de acuerdo
para solucionar este entuerto;
saben quién se come el muerto,
decidan ante lo que se les ha impuesto.
Civilización está en decadencia
la corrupción está en el poder;
si dejan decidir al ego
ya saben a lo que nos atenemos:
un atajo de psicópatas
que utilizan a unos títeres idiotas
van a ejecutar El Génesis
por no reconocer el final.
Si dejan al sentido común
que resetee sus psiques dispersas
algo se nos ocurrirá con amor
ante la encrucijada de la Humanidad.
Se va a hacer tarde demasiado deprisa;
reaccionen con serenidad,
inteligencia y ecuanimidad
que si no se van a despertar
con una hostia partida por la mitad.
—Si no hubiera dado a Isabel mi palabra de realizar su transcripción
—volvió el caballero Alcor a la senda por la que iban—, te aseguro que
esto no nos estaría pasando. [Ver La palabra.] Debido a la Ley de la
Causalidad, puede que tampoco estuviera en la selva pero donde te
aseguro que no estaría…
Supo el caballero Alcor frenar a tiempo y pasó un rato hasta que
respondió: «no sé dónde estaría». ¿Cómo lo va a saber si no lo sabe
nadie? Además y por lo que les escucho, César no se acuerda de más allá
de 400 años atrás y tiene grandes lagunas sobre el más acá; él sabrá cómo
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