El César vs. el Estado

—Por poner un número que ¡qué más da! —quinieleó el
escudero—, digamos que trece tiranosaurios son los que acuden al
caballeresco torneo acompañados cada uno por tres o cinco fragatas de
velociraptores dependiendo de que la posición de los destructores esté en
la vanguardia o en la retaguardia.
—Eso suma más de una cincuentena de saurios —tanteó el caballero
haciendo las cuentas con relativa paridad—. ¡Menuda V Flota has
atracado al pié del tablero de ajedrez!
—Ni multiplico ni sumo tan rápido pero a ojo de buen cubero, no
son tantos como los neandertales. ¿Por qué la cantidad de cinco
millones? Seguro que no es por lo del número divino.
—Es por poner una cifra a lo que entonces se podría considerar toda
La Humanidad —redondeó el caballero—. Si ahora hay seis mil
millones, antes sólo eran cinco los millones.
—¿Para qué tantos ahora?
—Ya lo sabes Sancho: ¡para esclavizarlos!
—¿Por qué los está utilizando?
—¿A quiénes?
—A los madrileños.
—Para que imagines la cantidad que entonces conformaba la
Humanidad.
—¿Y a los neandertales?
—Para que consideres su complejidad mental y evalúes su nivel
tecnológico.
—¿Qué quiere decir?
—Nivel tecnológico es la manera políticamente correcta de referirse
a su desarrollo armamentístico. O sea, que no te imagines a cinco
millones de civilizombis con lanzaderas de misiles y con rayos láser
dirigidos por satélite, imagínate a cinco millones de neandertales.
—¿De trogloditas con garrotes o palitos?
—Más o menos.
—Me imagino que quiere decir que si por cualquier casualidad esto
sucediera en los tiempos del paraíso, el nivel de perversión de la
humanidad estaría bajo cero y su reacción ante los bichitos sería diferente
a la de los civilizombis.
—Efectivamente, ¡sería diferente!, pero no sabemos cuál de las dos
reacciones sería más natural y organizada o cual más facultativa y
565