El César vs. el Estado

e-mails, SMS para saber si los Servicios Secretos tienen que prestar más
atención al que las pronuncie. Por eso, este ordenador nunca ha sido
conectado a la red, una regla básica para vivir exiliado del sistema.
Internet es una gran herramienta, un vehículo de dispersión y una forma
más de control.
—Pues sí que hay que tener medidas de seguridad.
—Todas las que imagines son pocas; en las telecomunicaciones es
donde hay más control. Escudriñan más allá de las posibilidades para
anticiparse al salto de la liebre. Evitar que salga El César V5. 3l Est4do y
otros similares es la causa por la que imponen tanto control; evitar el
control es algo que sabemos hacer desde antes de la Santa Inquisición. Si
tuvieras Internet no podrías leer; si una mosca es suficiente para
dispersarte ¿qué no haría el ciberespacio?
Es normal que para quien no conozca el uso del ordenador, le pueda
sorprender que se den tantas órdenes sin que dé tiempo a leer todo lo
que significan. Son aprobaciones mecánicas que realiza el subconsciente
aburrido de repetir lo mismo. Abrir el texto que quieres exige algunos
pasos previos que no hace falta explicar aquí. Sancho protestó por la
velocidad pero hasta que no llegaron a donde tenían que estar, César no
paró. Manejar un procesador de textos lo sabe hacer hasta el caballero
Alcor así que a Sancho no le podía costar trabajo entender lo que con
cuatro frases César resumió.
La barra derecha vertical para mover las páginas, el Ctrl-b para
buscar una palabra, el teclado para escribir… ¿y qué más hace falta?
Quizá la cercanía de quien lo controla para que cualquier duda que surja
quede resuelta a la vez. Lo que más le gustó al escudero fue el uso del
ratón y prefirió utilizar el interno al externo. Pasar el dedo por una
superficie rectangular y que se mueva el cursor en el monitor, era un
hallazgo que a Sancho llamó la atención. Dar a un botón y que se
cambiara toda una página era algo que le hacía flipar en colores y tanta
emoción le hacía sentirse como un dios ratón (Ver Ratatouille, Stuart
Little). La máquina accedía a todas sus órdenes y hacía lo que él quería sin
rechistar. Si conociera uno solo de los juegos 3-D que existen en la red,
dejaría de flipar porque directamente se… extasiaría.
En una página en la que pone «Abrir» estaban todos los capítulos y
Sancho localizó rápidamente La residencia de los dioses pero no encontraba
Astérix y Cleopatra.
792