12.05.2013 Views

El César vs. el Estado

El César vs. el Estado

El César vs. el Estado

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Se encasquilló Sancho buscando un taco tan gordo que no cupo en<br />

sus palabras ni en las sentencias de la Sancta Inquisición. Otra vez será.<br />

(¿Cómo hablar de un niñato capaz de hacer tanto <strong>el</strong> Ciru<strong>el</strong>o reprimido?<br />

De todas formas, reitero mis disculpas a un sujeto pasivo tan «activo»).<br />

—¿Y qué paso? Me refiero al cura —especificó <strong>el</strong> escudero para<br />

evitar salidas por Baeza.<br />

—Todo acto tiene consecuencias —respondió Cide Hamete—. Los<br />

exorcismos se pusieron tan de moda que la propia Teresa de Ávila, la<br />

mística d<strong>el</strong> Renacimiento, escribe muy afligida a la madre Inés de la Cruz,<br />

priora d<strong>el</strong> convento de Medina d<strong>el</strong> Campo, porque una hermana, sor<br />

Isab<strong>el</strong> de San Jerónimo, estaba poseída d<strong>el</strong> demonio. Inés de la Cruz<br />

anuncia que le «manda» nada menos que a su hermanito («san» por si no<br />

se sabe a quién me refiero) Juan de la Cruz.<br />

—¡Estaban todos paranoicos! —dilaceró Sancho—.<br />

—O poseídos por <strong>el</strong> demonio —dijo con voz fantasmagórica y<br />

haciendo unas muecas burlonas—, quizá sea lo mismo.<br />

—¿Esto es esquizofrenia o psicopatía?<br />

Ante <strong>el</strong> silencio d<strong>el</strong> caballero, <strong>el</strong> escudero se respondió:<br />

—Esto es la Psicopatocracia, me gusta más que la Corporatocracia.<br />

¡Menudo marrón te vas a comer!<br />

—Tranquilo Sancho, que las golondrinas volverán la primavera que<br />

viene otra vez [como así ha sido].<br />

—Está claro que <strong>el</strong> tal Ciru<strong>el</strong>o no es santo de tu devoción.<br />

—No me obligues a decir que era un capullo (y unas cuantas cosas<br />

más) porque no tiene sentido —se contuvo <strong>el</strong> caballero para hacer<br />

después una profunda respiración—; atiende en cambio lo que te voy a<br />

r<strong>el</strong>atar.<br />

»Consecuentemente a la imposición de este tipo de doctrinas divinas,<br />

muchos pensaron que Juana estaba poseída. Y claro, se presentó la iglesia<br />

a desterrar al malo de la p<strong>el</strong>ícula: Satanás.<br />

—¿Estás de cachondeo, verdad? —flipaba Sancho—.<br />

—Comprueba lo que te voy a decir y déjame en paz —sugirió Cide<br />

Hamete—. Se ordena (en impersonal) al jesuita Francisco de Borja,<br />

menino de la infanta Catalina y hermano d<strong>el</strong> gobernador de Tordesillas,<br />

que investigue si estaba Juana endemoniada porque no hacía caso a la<br />

iglesia.<br />

—Aquí pasa algo raro porque empiezo a no saber si creerte o no<br />

querer creerlo —estaba Sancho desconcertado—. Sé que sabes de los<br />

741

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!