El César vs. el Estado

—¡Qué memoria tienes para lo que quieres! —recordó el caballero
Alcor sorprendido con el «oscuro» vocabulario del escudero y la poética
cita—. Esa repipiez tiene más años que Matusalén. No insistas Sancho
que ya lo sabemos todos: el padre de don Quijote
—Pues déjame añadir un insignificante dato que apoya mi tesis
escurialensis —invitó el escudero—. Juan Bautista de Toledo fue el
arquitecto, sólo de sus comienzos, de este cenotafio porque el rey Felipe
II tenía problemas con él: «alteraba sus planes». A sus sucesores, Juan de
Herrera y Francisco de Mora, los podía manejar mejor. Coincidirás con
que la firma de Felipe II estuvo más presente que la de ninguno.
¡No jodas Sancho! —negó el César por la mayor—. Ese indigente
neuronal no tenía más luces que para estar rodeado de sus enanos
meninos y bajo el amparo de la Sancta Inquisición. Alguien manearía
esos hilos porque Felipe II te aseguro que no.
—Te van a nombrar el Baltasar Porreño del siglo XXI.
—¡Qué va! Si voy a pasar de escribir mi parte.
—¿Qué quieres decir?
—El César V5. 3l Est4do —se explicó el César— iba a ser un libro que
contuviera otros tres: ¿Qué es Matrix, La Odisea de Claro y La regia realidad
real de Felipe II, yo el rey. Por razones que ahora no hace falta enumerar,
voy a pasar de la Tercera Parte que me tocaba escribir a mí y me he
limitado a transcribir la Segunda; en cuanto don Quijote me entregue los
mecanuscritos, haré lo mismo con la Primera.
—Entiendo que ahorres la energía de todos y que pases de escribir
más. Viendo lo voluminosa que es La Odisea de Claro, evitarás más
despilfarro de Madre Tierra al no consumir electricidad, tinta ni papel,
ahorrarás la energía de los lectores que no se tendrán que esforzar y
atesorarás la tuya propia para emplearla en La Rebelión final; no
aumentarás tu miopía y no abusarás de la postura de sentado tras una
mesa que aparte de ser antiergonómica, es la posición que adopta la
mayoría de los esclavos. Si van a tener al Porreño actual en vivo y en
directo ¿para qué esforzarse en escribir?
—Tiene lógica lo que dices —coincidió César—; pudiéndome
preguntar lo que quieran de ese mamarracho empedernido ¿para qué
contárselo por escrito? Me alegra que coincidamos en esto también.
¿Volvemos al test?
—Con esto no necesitas dispersarte ¿verdad? —se percató el
escudero—. Podría pasarte con todas las materias igual.
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