El César vs. el Estado

«¡Los anónimos personajes estamos hartos
de que se nos discrimine y necesitamos que se
sepa de una vez quiénes somos realmente!» El
barbero, el ama, la sobrina y el cura no pueden
soportar más el peso de sus conciencias que se
rebelan contra el ego más aterrador que las ha
mantenido encerradas durante siglos y deciden
confesar libremente quiénes son en realidad,
para saborear el cacareado derecho de la
igualdad. ¿Por qué ahora? Por la extinción. Han
cogido desprevenido a un cabeza de turco que
se ha encontrado con el marrón de escribir esta
peculiar rebelión. ¿Quién es el cabeza de turco?
Don Quijote y Sancho que, aprovechándose
de su lealtad a los personajes de la novela, han
conseguido poner en marcha una rebelión
general en El Quijote y que ellos se encarguen
de liderarla. Así, los cuatro anónimos
personajes encuentran el espacio adecuado
para realizar la confesión e intentar recuperar
“la paz perdida del alma”, pero no su fe. Al
parecer, siempre hay una mano escondida que
mueve los hilos de los acontecimientos y, sin
saberlo, la pareja inmortal se puede haber
convertido en la embajadora de estos
personajes tan controvertidos. ¿Que se rebelan
los protagonistas de una novela? ¿A quién le
puede importar una rebelión de inmortales y
títeres del papel? ¿Quién maneja los hilos de
esta salida, la pareja inmortal que se cree dueña
de sus decisiones o los anónimos personajes
que utilizan la energía lumínica de la pareja
para lavar sus conciencias y aclararlo todo por
fin? Puede parecer complicado, pero es que lo
es; y más cuando se descubre la mentira y el
pastel. Pues gentes: ¡atiendan y lean que de lo
que aquí se trata es de poner boca arriba lo que
un aljamiado puso boca abajo en unos
manuscritos encontrados hace 400 años!
Hasta aquí, otra versión del contenido de
la misma realidad del libro.
…/…