El César vs. el Estado

—Especialmente en estos aparatos es donde Matrix está más
presente. Es una mezcla de la programación insertada por el creador
(fabricante) unido a la «libertad» que siente el consumidor de elegir
alguna posibilidad.
—No me puedo creer que los sapiens piensen que esto es tomar una
decisión con libertad, porque entonces voy a entender la génesis del
acojone general y el porqué de lo indeciso de la humanidad. Al tomar
este tipo de «decisiones», es normal que atrofien la mente y sean
indecisos para las cuestiones existenciales, vitales o trascendentales. Así
que explícate porque como podrás imaginar, me he quedado igual; he
aprendido a no jugar con las cosas de dios y las quiero entender a la
perfección. No me vengas con rodeos y deja lo políticamente correcto
para cuando converses con civilizombis; al fin y al cabo, el único que está
utilizando la palabra «dios», que se podría censurar soy yo y a mí no me
va a meter el justicia en ningún lío ni en el talego.
—El fabricante impone dos o tres posibilidades entre las que
escoger…
—¡Ya!, sota, caballo o rey.
—…y el consumidor siente con gran satisfacción la inmensa libertad
de escoger una de ellas. ¿Quieres ver el aparato?
El nerviosismo de Sancho debe de ir in crescendo porque
interrumpe sin parar. ¿Qué estará preparando?
—¿Así es como saciáis vuestra libertad? —preguntó Sancho.
—Así es como funciona este cutre estado del bienestar.
—Pero no respondes con esa réplica.
—Tienes razón Sancho. La perversidad de Matrix es tan patente que
los civilizombis dejan su «libertad» en estado latente.
—Ya lo sabía; se lo dije a un zapatero en el encuentro que tuve con
él.
—¿Qué le dijiste?
—Le comuniqué que el 99% de los individuos acepta El
Programa mientras que puedan elegir diferentes productos en el
hipermercado aunque únicamente lo perciben en un nivel casi
subconsciente. Aunque esta solución funcionó, presentaba un
importante defecto de base, con lo cual se genera una
contradictoria anomalía sistémica que, de no regularse, podría
poner en peligro al propio Sistema. Ergo si no se regula a aquellos
que rechazan El Programa o su publicidad (los rebeldes), aunque
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