El César vs. el Estado

visual, el overbooking mental y algunas otras «cosas». ¿Te pregunto qué
hacemos o lo dejamos sólo para el evangelio?
—Tú ya lo has hecho empotrándote con unas gafas —visualizó el
escudero.
—No sé lo que dejará don Quijote escrito ni lo que yo tendré que
añadir o quitar, pero intentaré cambiar lo mínimo posible para seguir
pudiendo el sol tomar —se aventuró el caballero sin saber lo que le
espera en realidad—. El rato que llevo sentado junto a él me ha valido
para aprender cómo maneja una novela. No escribe Sancho, ¡compone!
No sé si es el dios, el rey, el genio o el escriba de las letras, me da igual
porque lo emocionante es compartir la génesis de la composición y su
desarrollo. Por eso a veces me notarás allí, porque lo que estoy
aprehendiendo de su proceso creativo, jamás lo había concebido. Tiene
¿Qué es Matrix? entera en la mente, ajusta su estructura, sabe qué destacar,
intuye los diálogos e improvisa el contenido dejando que los actores
fluyamos en paz. Lejos de controlarnos, nos deja total libertad. Me dice
que los actores son los que crean la obra y él es sólo el que escribe lo que
se dicen. Cuando le interrumpo con alguna laguna, salta de un sitio a otro
con una precisión que admiro. El viejo don Quijote tiene una memoria
que me hace temer muy mucho que la mía está escacharrada como
mínimo.
—¿Qué quieres decir? —me preguntó Sancho escamado.
—Que me desafió a reconocer al Cid igual que a Cide Hamete y le
pedí que no —respondí—. Tengo el software con overbooking y cuando
descargue El César V5. 3l Est4do, veremos qué es lo que pasa. Si nos
ponemos a pensar cómo o qué va a pasar, entre las infinitas posibilidades
hay una tan probable como las demás: que me peguen un tiro antes ni de
comenzar. ¿Para qué me voy a complicar con despertadores futuros si
estoy disfrutando plenamente con este presente: El Presente?
—Va a parecer —me dijo el escudero con su agudeza usual— que
tanto reinsistir en El Presente es terapéutico porque el futuro para ti sea
la muerte. ¡Cómo se nota que conoces la fórmula mágica de los dioses!: 5
gramitos de nada de tiopental sódico te provocaría el coma inducido en
cuestión de segundos; con bromuro de pancuronio te paralizan todos los
músculos excepto el corazón y te «descabellarían» con una pizca de
cloruro de potasio que pone el corazón en OFF. Esto si van por las
buenas porque si se ponen en plan Hannibal Lecter…
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