El César vs. el Estado

Mamotreto X.
EN EL QUE SE CUENTA LA LEYENDA
«EL SUEÑO ES VIDA»
QUE NARRA EL ENCUENTRO DE LOS REBELDES
CON LOS CHORIZOS DEL REY
Érase una vez y una ciudad en la que durante sólo unos años, hubo una
plaza bautizada por el honor de Cervantes. En los lustros finales de su
existencia, una bruja a la plaza un hechizo echó mediante el cual, todos
los que la transitaran sentirían que la plaza siempre había estado y
seguiría estando así por los siglos de los siglos. ¿Qué quiere decir
«siempre»? «Siempre» es sólo la palabra con la que se podría resumir
todo. ¿Qué quiere decir «todo»? «Todo» es sólo una palabra en la que se
podría resumir el intríngulis que hace que las cosas se conciban tan
parcialmente como se conciben y que se piense que son así porque
tienen que ser así.
El monolítico germen para que los caminantes «siempre
simplificaran todo» se basaba en dos razones diferentes pero
complementarias:
1.- Todo es siempre así porque dios manda.
2.- Todo es siempre así porque la prisa, el éxito o la dispersión sacrifican el
tiempo impidiendo saber por qué todo es siempre igual.
Dios es sólo una palabra en la que «siempre» se podría resumir «todo».
Los caminantes no podían imaginar cambios, transformaciones ni
rebeliones porque no tenían tiempo ni para pensar qué pintaban
deambulando por la plaza, pero se sentían orgullosos de ser los
ciudadanos del mundo que más rápida y autómatamente la atravesaban.
Los caminantes no podían imaginar cambios, transformaciones ni
rebeliones porque cualquier modificación que pudiera suceder tendría
que germinar directamente de dios y hacía siglos que esta palabra sólo se
dedicaba a aprobar los santos y beatos que proponía la más alta casta
religiosa para abarrotar todos los días del año con la obligación de recitar
algún salmo.