El César vs. el Estado

Comenzaron a escucharse comentarios en los que sonaba: «Sancho
ha dicho que don Quijote es Cervantes, ha denunciado el contubernio
que desemboca en la estación del AVE de Guadalajara, ha explicado lo
que realmente significa la democracia que con paridad o sin ella, nadie es
igual a los impunes políticos, ha explicado el estado de egolatría que
padece la sociedad y que la corrupción actual está originando una
confusión masiva». «¡¡Guapo!!» coreó un grupo de mujeres elevando el
volumen de la voz. «¡¡Oléeee!!» gritó la mujer con rastas. A lo que Sancho
respondió: «¡Que me place señoras que se fijen en quien nunca se habían
fijado!»
¡¡¡Goool!!! —sonó en el estadio—.
¡¡Ooéé, oé, oé, oéééé; oéééé, oéééé !!
¡Qué golazo han metido señores!
¡Si es que ha sido espectacular!
Uno centrando con pajuelina
y el otro rematando desde el suelo
con la caro cabeza sólo
ha metido el esférico hasta el fondo
por la escuadra de la portería.
El tonto que han anotado
va a solucionar esta crisis,
la vida y también la tisis
que nos va a dar con la extinción.
La mitad del estadio ha estallado
con júbilo y alegría festiva
pero en la otra mitad de las gradas
a hostias que se están liando.
No tiene por qué ser real
el tópico que han implantado
a las gentes que el fútbol les gusta
no tienen que ser descerebrados.
Es un entretenimiento más,
como todos los que han concertado,
y acudir a un drama lírico escuchar
no tiene por qué ser más refinado ni
tampoco lo más barato.
Los que estaban viendo el partido
desde un bareto cercano
unas manzanas más lejos
del domicilio que es conyugal,
380
están celebrando el gol
como si todos lo hubieran metido
y para no ser reprimidos
se dirá de las mujeres que están
lo celebran con el mismo ahínco.
Lo que para unos significa el bar
es un domicilio extraconyugal
en el que canalizan el placer
de sus vidas y también sus días.
Entre gritos y otras cosas
la tarde se está pasando
mientras que en una plaza de al lado
el don Quiote rebelde
y también el enamorado
un escudero avispado,
y los cuatro balidos del rey
¿o son tres?
han tenido un parlamento
sin ningún desmerecimiento;
así que como ya se ha dicho
que cada cual se entretenga
como su parecer convenga.
¿Realmente da igual decir
¡¡Fuera la corrupción!! que ¡¡Gooool!!?
Puede que para los alcarreños,
sólo pa ellos y sin saber porqué,
sean los únicos indignados
con que sus putos gobermangantes
sean tan cutres descerebrados
de poner una estación del AVE