12.05.2013 Views

El César vs. el Estado

El César vs. el Estado

El César vs. el Estado

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Es una cuadrilla de h<strong>el</strong>icópteros que regresa a La Base. Siento que<br />

todavía te sobresalten y aprovecha su ruido para canalizar las novedades<br />

con tranquilidad o si quieres, pega un grito.<br />

—Si ya me voy acostumbrando; pero me gustaba más la antigua<br />

tradición en la que te ibas despertando con los cantos de los pájaros y la<br />

brisa d<strong>el</strong> aire. ¿Dónde está la placidez de una siesta y de su suave<br />

despertar? ¿A qué aspectos concretos se refiere la calidad de vida actual?<br />

—Tranquilízate Sancho; si las dejas oír, ahora son las aves a las que<br />

podrías escuchar. Serénate antes de proseguir porque la prisa es muy<br />

contagiosa y puede atraer a la curiosidad.<br />

Que hayan sido unos h<strong>el</strong>icópteros los que han roto <strong>el</strong> silencio total es<br />

un despertador que no funciona con los sapiens; se han acostumbrado<br />

tanto a su proximidad que lo r<strong>el</strong>acionan como algo natural. Algunos<br />

podrían afirmar que Sancho no ha sido capaz de ver los h<strong>el</strong>icópteros o<br />

que los ha confundido con libélulas gigantes porque en su memoria no<br />

hay ni un solo vestigio de esta información o similar, pero se puede<br />

asegurar que rápidamente ha descubierto que son parte d<strong>el</strong> atrezzo d<strong>el</strong><br />

decorado Matrix. «¡Qué más da que sean aviones o h<strong>el</strong>icópteros si hacen<br />

ruido!», se le escuchó protestar.<br />

<strong>El</strong> escudero no ha sido capaz de reconciliar <strong>el</strong> sueño pero se ha<br />

quedado con la mente en Babia observando lo que la claridad y <strong>el</strong> smog<br />

permitieran divisar al oeste d<strong>el</strong> horizonte. La tarde templada por la<br />

sombra d<strong>el</strong> pinar comenzaba a declinar pero ninguno mostraba prisa por<br />

saber cómo continuaría <strong>el</strong> día. Pasado un rato, Sancho se estiró<br />

bostezando sonoramente para después continuar acompañado d<strong>el</strong><br />

silencio de don Quijote a través de la sombría. Sin desviarse por la<br />

bifurcación que les conduciría hasta <strong>el</strong> paraje de Las Cuevas, continuaron<br />

por <strong>el</strong> camino de zahorra que llega al puesto de bomberos donde<br />

aprovecharon para refrescarse la garganta con <strong>el</strong> agua de la fuente y para<br />

descansar a la sombra de unos pinos. Tanta insistencia en los pinos no es<br />

porque se desconozcan los nombres de otros árboles, es porque sólo hay<br />

pinos y junto a la fuente, un espino.<br />

Un bombero debía de estar aprovechando para hacer prácticas con <strong>el</strong><br />

camión y lo movía durante unos metros en una dirección y la contraria.<br />

Cuando iba hacia ad<strong>el</strong>ante la cosa iba medio bien pero cuando metía la<br />

marcha atrás, aparecía una sirena intermitente que terminó por alterar <strong>el</strong><br />

ánimo de Sancho. Familiarizado con <strong>el</strong> ruido y <strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong> camión y<br />

evaluando su apariencia inofensiva, se acercó hasta <strong>el</strong> lugar de las<br />

274

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!