El César vs. el Estado

Las Ninfas habían entretenido el nostálgico paseo más allá de la luz
del día y cuando se llegaron hasta una oquedad en la ladera del cerro
Malvecino, se bajaron a la vez de las cabalgaduras para disponerse a
pasar la noche. Aunque no han mediado palabra entre ellos, seguro que
alguna parte del subconsciente se ha percatado de la instintiva conexión y
sincronización. Si no fuera así es porque están viviendo uno de esos
instantes en los que el presente organiza hasta la frecuencia respiratoria
porque te olvidas incluso de que estás vivo.
El alter ego o el amor son no-materias sumergidas en el
subconsciente que el sentido común intenta entender; quizá sea esta la
causa del silencio radical que ha adoptado la pareja inmortal. Por lo que
hasta aquí se conoce, cada uno de los protagonistas de esta historia se
retiró sin mediar más palabra. El uno se preparó un jergón con las
alforjas y el otro se dispuso para pasar la noche en vela. Como en los
manuscritos no aparece ninguna indicación más, nos retiraremos a
meditar para que ni el amor ni el alter ego dispersen a la atención.
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