12.05.2013 Views

El César vs. el Estado

El César vs. el Estado

El César vs. el Estado

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Pues allá van —avisó don Quijote.<br />

Sancho estaba acostado de perfil pero hizo unos pequeños<br />

acomodos en su posición para no tener tan girada la cabeza. Pasó los<br />

brazos por debajo de <strong>el</strong>la y sintiendo <strong>el</strong> software más mullido, se dispuso<br />

a escuchar a don Quijote que comenzó a decir:<br />

—La primera sucede en abril de 1562 y si reseño <strong>el</strong> año es porque<br />

tiene r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> caballero Alcor (400 años antes de su nacimiento y<br />

<strong>el</strong> mismo mes de nuestro primer contacto 400 años después). Según la<br />

Versión Oficial, con 17 años estaba <strong>el</strong> Príncipe Carlos en Alcalá de<br />

Henares ligando, entre otras cosas, con una muchacha hija de uno de los<br />

porteros de palacio. Nuestros encuentros sucedían en un jardín al que se<br />

descendía por una escalera de servicio. Un día caí por <strong>el</strong>las y me magullé<br />

la cabeza y más sitios. Se encontraron con <strong>el</strong> pobre Príncipe<br />

descalabrado, <strong>el</strong> pié derecho entrabado en un saco dejado al descuido<br />

por una mano necia, y la ensangrentada cabeza medio incrustada contra<br />

<strong>el</strong> quicio de una puerta.<br />

»Omitiremos <strong>el</strong> revu<strong>el</strong>o que se organizó porque te puedes imaginar<br />

que al sobresalto que produce cualquier descalabrado, tienes que añadir<br />

que se trataba d<strong>el</strong> príncipe heredero y además desequilibrado. Recuerdo<br />

que <strong>el</strong> fi<strong>el</strong> ayo Quijada advirtió a los doctores: «No curéis a Su Alteza<br />

como a Príncipe, sino como a otro enfermo cualquiera» pero fue inútil la<br />

recomendación porque fui copiosamente purgado, repetidamente<br />

sangrado, intempestivamente trepanado y concienzudamente reducido a<br />

las mayores torturas.<br />

»Me atendieron los doctores Vega y Olivares (que tenía fama de ser<br />

de linaje converso), médicos de mi cámara, a los que se unió <strong>el</strong> cirujano<br />

d<strong>el</strong> rey licenciado Daza Chacón que junto al doctor Cortés, alardeaban<br />

de ser cristianos viejos. Después llegaron de Madrid <strong>el</strong> proto-médico<br />

Gutiérrez y de la cámara de mi padre los doctores Portugués y Pedro de<br />

Torres, cirujanos de su casa y corte. Al final también se unió <strong>el</strong> bachiller<br />

Torres, cirujano de Valladolid. Puede decirse que si no me quedé muerto<br />

no fue por culpa de los médicos. Recuerdo <strong>el</strong> comentario que hizo <strong>el</strong><br />

doctor Olivares de mi curación: «Antes de que por un milagro, <strong>el</strong><br />

Príncipe fue curado por remedios naturales y ordinarios, con los cuales<br />

se su<strong>el</strong>en curar otras enfermedades estando tanto y más p<strong>el</strong>igrosas».<br />

Decir esto en <strong>el</strong> país en <strong>el</strong> que la Santísima Inquisición tenía su sede era<br />

todo un atrevimiento. Los conversos siempre han tenido algo.<br />

507

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!