El César vs. el Estado

digitalizados mecanuscritos y a partir de ahora, comienza todo lo demás:
El Eterno Retorno. Que se encuentran satisfechos se puede comprobar
sólo con verlos pero si pueden sentir lo que se siente aquí, entenderán
que es el momento de despedir el encuentro.
—Caballero don Quijote —dijo el caballero Alcor—, hay noches que
parecen no existir y madrugadas en las que te olvidas de vivir.
—Cuando se decide que algo «ha terminado» —comentó el caballero
Carlo—, se siente agrado y emoción a la vez porque «finalizando» lo que
hubiera, empieza otro Eterno Retorno simultáneamente. Cuando decides
nacer cambian más circunstancias que cuando reconoces que el Eterno
Retorno ha llegado a su punto de partida, un lugar que sientes con la
candidez del primer contacto pero con la experiencia del traspaso de la
vida. Para no existir el tiempo, cuántos acontecimientos permite que nos
sucedan.
Se intercambiaron algunas palabras y después de apoyarse con la
mirada, se dieron un abrazo tan estrecho que el caballero Alcor no se dio
cuenta de que poco a poco, era a sí mismo a quien abrazaba. El caballero
don Quijote, incuestionable maestro, caballero leal, amigo fiel y Rebelde
radical, se diluyó de entre sus brazos suave pero definitivamente.
Cuando el caballero Alcor quiso darse cuenta de que se abrazaba a él
mismo, se pasó con fugacidad uno de los pensamientos de la mente que
interfieren en El Presente: ¿dónde está Sancho? Con el corazón y los
intestinos, la mente y el cuerpo sobrecogidos, se dirigió a la habitación de
al lado y efectivamente, lejos de encontrarse con Sancho se encontró con
una nota manuscrita en la que se decía:
«Lamento no estar ahí para despedirme. Tenías razón, la libertad no
es un sueño; está ahí, al otro lado de los límites que nosotros mismos
creamos. Te doy las gracias por haber compartido este viaje conmigo.
Que sepa escribir esto ¿no manifiesta mi falta de libertad?»
Tu amigo Sancho.
Post Data: Naturaleza es lenta pero segura, ella nunca falla. Nuestra
infidelidad hacia Madre Tierra nos condena. Sólo nos liberamos cuando
estamos en armonía con ella. ¡Nos estamos extinguiendo! ¿Qué
hacemos?
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