El César vs. el Estado

Sarajevo, Las flores de Harrison, Las tortugas también vuelan, Al descubierto:
guerra en Irak.]
—¡Esto no es Matrix! querido Sancho. Que este entorno te parezca
tan hogareño es por lo acostumbrado que estás a él, no porque sea
natural; ahora estamos sobre el formato original. Volviendo al entorno
medieval ¿hasta dónde llega tu memoria?
—Recuerdo que efectivamente, entramos en una librería muy
tranquila y deshabitada y que por lo que sea, el gentío que nos
acompañaba se quedó fuera. Mientras que yo admiraba la librería, usted
observaba los libros y lo hacía con tanto esmero que parecía buscar algo,
un hecho insólito en usted. Como es lógico, rápidamente pensé que era
una interferencia del ego y que mi interpretación era subjetiva; cambié la
atención y seguí mirando las estanterías repletas de sabiduría pero vacías
de sentido. Sin embargo, notaba en vuesa merced que junto a la
serenidad característica con la que se envuelve, una sutil alteración
energética asomaba por los poros de su piel. Así que cuénteme que por
las mañas que se da, aquí me he perdido algo.
—Cuando terminó la fiesta con la alta alcurnia, parte de los agentes
de Matrix del Servicio Secreto de Seguridad hizo extraños movimientos
tomando posiciones. Estuve atento a lo que sucedía, presentí que
teníamos un grave problema y que tendríamos que recurrir a salidas
extremas.
—Osseaa ¡Ha telefoneado a Housston! -exclamó Sancho ahuecando
la boca, osseaa.
—No Sancho; escapar de los agentes de Matrix a través del
teléfono es lo que sucede en la película Matrix. En esta realidad hemos
salido de Matrix a través de El Quijote.
—Ya sé que nuestras anteriores salidas están transcritas en El Quijote
pero ¿qué tiene que ver con la pregunta? —preguntó Sancho
burlonamente.
—¿Quieres que te explique desde el principio o prefieres que
vayamos a trompicones?
—Perdone señor, seguramente es el ego que no puedo controlar.
—Retomaré desde donde lo has dejado...
—Antes, afine qué significa «formato original» —interrumpió e
insistió el escudero.
—Cuando te interesa, ¡cómo hilas!: ¡Sancho, volvemos a estar dentro
del libro!
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