El César vs. el Estado

por eso se inventan la gripe porcina y la aviar, el SIDA y el caviar, el peak
oil y el cambio climático, el terrorismo audiovisual y todas esas
pamplinas. Pero saben que los rebeldes vamos a resurgir y a nosotros sí
que nos van a querer tener controlados los más de 85.000 segundos que
tiene aproximadamente un día.
—¿No vamos ni a poder cagar en la intimidad?
—Han convertido Madre Tierra en El gran hermano y como digas una
palabra de más, te ponen un satélite para saber los granos que te
revientas y las partes del cerebro que se te activan ante ciertos estímulos.
—Prefiero que termine con la mentira de la colza, el invento del
Síndrome Tóxico, los experimentos militares secretos y la
comercialización de productos farmacéuticos que se confunden con los
pesticidas, a que siga con El gran hermano. Está claro que los balidos de
los borregos no interesan, pero si dices que no a la versión oficial de lo
que sea, en el mejor de los casos te cesan de tu puesto de esclavo; y si te
pasas un pelín más, te cesan la vida. Si no les contaron la realidad ¿cómo
podrían haber evitado más intoxicaciones? ¿Qué puede hacer la gente
ante una pandemia así?
—Tragar, callar y votar.
—Explíquese.
—Tiempo tendrás para entenderlo si todavía no lo has querido
entender. Vamos a intentar terminar con este pequeño capítulo de la
infamia, que la salida quiere continuar su propio pulso. En ese momento,
España estaba negociando su entrada en la entonces CEE (ahora UE) y
estas informaciones podrían tener graves repercusiones en el sector
hortofrutícola del país. «Se falsificaron datos y se metieron diversos
gobiernos para taparlos».
—O sea, que a los gobermangantes, los ciudadanos les importamos
un rábano.
—¿Ahora te enteras? Ya eres mayorcito Sancho, deja de
comportante como un idiota y de creerte cualquier cosa que te digan.
—Al revés. Desde ahora, lo que haré más bien es que cualquier cosa
que me digan los títeres gobermangantes, corruptos y farsantes, las voy a
mandar a tomar por… algún sitio junto a sus señorías y sus traseros.
¡Qué mezquinos son! ¡Qué asco! ¿Cuántos muertos costó tapar todo esto
para meternos en la boca del diablo, quiero decir, en la UE?
—Escucha la científica frase que dijo el entonces ministro de sanidad
Sancho Rof.
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