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Mujeres

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> que corren con los lobos<br />

chas. Este episodio representa algo que suele ocurrir en la función psíquica profunda:<br />

las distracciones del apetito obstaculizan el proceso primario. No pasa un<br />

mes sin que alguna paciente me diga "Bueno, me distraje porque tenía mucho<br />

trabajo o porque experimenté una fuerte excitación sexual y tardé siete días en<br />

calmar esa fiebre" o "… porque pensé que esta semana era el momento adecuado<br />

para podar las quinientas plantas de mi casa" o "... porque emprendí siete nuevas<br />

aventuras creativas, me lo pasé muy bien y después llegué a la conclusión de que<br />

ninguna de ellas era demasiado prometedora y decidí dejarlo todo".<br />

Por consiguiente, el hueso en el camino es algo a lo que nadie es inmune.<br />

Su delicioso hedor es una tentación irresistible para un perro. En el peor de los<br />

casos, probablemente se trata de una afición que ya nos ha salido muy cara en<br />

varias ocasiones. Sin embargo, aunque hayamos fracasado una y otra vez, tenemos<br />

que volver a intentarlo hasta que podamos pasar de largo y seguir adelante<br />

con nuestra tarea principal.<br />

El momento culminante de nuestra actuación profunda es similar a la excitación<br />

sexual en el sentido de que empieza de cero, acelera alcanzando distintos<br />

niveles y llega a una fase intensa y sostenida. Si la aceleración se interrumpe<br />

bruscamente (por culpa de un ruido intenso e inesperado, por ejemplo), hay que<br />

empezar de nuevo por el principio. Cuando se trabaja con el estrato arquetípico<br />

de la psique se produce una tensión de excitación parecida. Si se interrumpe la<br />

tensión, hay que empezar prácticamente de cero. Por consiguiente, en el camino<br />

hay muchos huesos jugosos, agradables, interesantes y tremendamente excitantes.<br />

Pero todos ellos nos arrastran en cierto modo hacia una especie de amnesia<br />

que nos hace olvidar no sólo en qué fase de nuestra tarea nos encontramos sino<br />

también cuál es nuestra tarea.<br />

El Corán nos advierte sabiamente de que se nos pedirá cuentas de todos<br />

los placeres permitidos de la vida de los que no quisimos gozar cuando estábamos<br />

en la tierra, Sin embargo, un exceso e incluso una pequeña cantidad de una<br />

cosa buena en el momento inadecuado puede provocarnos una considerable pérdida<br />

del nivel de conciencia. En cuyo caso, en lugar de experimentar una repentina<br />

oleada de sabiduría, andamos por ahí como un profesor distraído que murmura<br />

por lo bajo: "¿Dónde estaba yo ahora?" Tardamos semanas y a veces meses<br />

en recuperarnos de estas distracciones.<br />

En el cuento el perro regresa corriendo a la cabaña de las gemelas, oye de<br />

nuevo sus nombres y una vez más se aleja a toda prisa. El cánido sigue el instintivo<br />

impulso de intentarlo una y otra vez. Pero, ay, una empanada de kumquat lo<br />

distrae y vuelve a olvidar los nombres. Otro aspecto del apetito ha asaltado a la<br />

criatura y la ha apartado una vez más de su tarea. Su vientre ha quedado satisfecho,<br />

pero no así la tarea de su alma.<br />

Estamos empezando a comprender que el proceso de conservar la conciencia<br />

y más concretamente de no ceder a los apetitos que nos distraen mientras<br />

tratamos de encontrar una conexión psíquica es un proceso muy largo, al que<br />

resulta muy difícil mantenerse agarrado. Vemos que el sagaz perrito lo intenta<br />

con todas sus fuerzas. Sin embargo, cuesta mucho salir del profundo inconciente<br />

arquetípico para regresar a la mente conciente. Cuesta mucho bajar a los nombres<br />

y cuesta mucho subir de nuevo a la superficie. Cuesta mucho conservar el<br />

conocimiento conciente cuando se tropieza con trampas por el camino.<br />

La empanada de kumquat y el hueso representan seducciones que nos distraen<br />

y que a su manera son deliciosas... en otras palabras, hay en la psique de<br />

todo el mundo unos elementos tortuosos, falsos y exquisitos. Estos elementos son<br />

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