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Mujeres

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> que corren con los lobos<br />

En la realidad, cuando una mujer tiene un complejo demoníaco, eso es<br />

exactamente lo que ocurre. Va caminando, le van bien las cosas, se ocupa de sus<br />

asuntos y, de repente, izas!, aparece el demonio y todo su trabajo pierde la energía,<br />

empieza a flojear, tose, sigue tosiendo y, al final, se desploma en el suelo. Lo<br />

que podríamos denominar complejo demoníaco utiliza las voces del ego, ataca la<br />

propia creatividad, las propias ideas y los propios sueños. En el cuento, ridiculiza<br />

o minusvalora la experiencia femenina del mundo exterior y del mundo subterráneo,<br />

tratando de separar la natural conjunctio entre lo racional y lo misterioso. El<br />

demonio miente y dice que la permanencia de la mujer en el mundo subterráneo<br />

ha producido una bestia cuando, en realidad, ha producido un precioso niño.<br />

Los distintos santos que en sus escritos afirmaban haber luchado por conservar<br />

la fe en Dios, tras haber sido tentados durante toda la noche por el demonio<br />

que les quemaba los oídos con palabras encaminadas a debilitar su determinación<br />

y que había estado a punto de arrancarles los globos oculares con horribles<br />

apariciones mientras arrastraba su alma sobre fragmentos de vidrio, se referían<br />

precisamente a este fenómeno de la súbita aparición del demonio. El propósito<br />

de esta emboscada psíquica es el de hacerte perder la fe no sólo en ti misma<br />

sino también en la cuidadosa y delicada tarea que estás llevando a cabo en el inconciente.<br />

Hace falta una fe muy grande para seguir adelante en tales circunstancias,<br />

pero tenemos que hacerlo y lo hacemos. El rey, la reina y la madre del rey, todos<br />

los elementos de la psique, tiran en una misma dirección, en nuestra dirección, y,<br />

por consiguiente, nosotras tenemos que perseverar con ellos. En estos momentos<br />

ya estamos casi en la recta final. Sería lamentable y doloroso que ahora abandonáramos<br />

la carrera.<br />

El rey de nuestra psique es muy valiente. No se vendrá abajo al recibir el<br />

primer golpe. No se encogerá dominado por el odio y el afán de castigo tal como<br />

espera el demonio. El rey, que tanto ama a su esposa, se espanta al recibir el<br />

mensaje cambiado, pero envía un mensaje de respuesta diciendo que cuiden de<br />

la reina y de su hijo en su ausencia. Es la prueba de nuestra certidumbre interior:<br />

¿pueden dos fuerzas permanecer unidas aunque una de ellas se considere<br />

abominable y despreciable? ¿Puede una de ellas respaldar a la otra ocurra lo que<br />

ocurra? ¿Es posible mantener la unión aunque se siembren con denuedo las semillas<br />

de la duda? Hasta ahora, la respuesta es que sí. La prueba acerca de si<br />

podrá haber un matrimonio de amor duradero entre el mundo subterráneo salvaje<br />

y la psique terrenal se está superando espléndidamente bien.<br />

En su camino de regreso al castillo, el mensajero vuelve a caer dormido<br />

junto al río y el demonio cambia el mensaje por otro que dice "Matad a la reina".<br />

Aquí el depredador espera que la psique se polarice y se mate ella misma, rechazando<br />

todo un aspecto de sí misma, el más trascendental, el recién despertado, el<br />

de la mujer sabia.<br />

La madre del rey se horroriza al recibir el mensaje e intercambia con el rey<br />

varios mensajes, y en cada uno de ellos intenta aclarar lo que ha dicho el otro<br />

hasta que, al final, el demonio cambia el mensaje del rey por otro que dice "Matad<br />

a la reina y arrancadle los ojos y la lengua como prueba de que ha muerto".<br />

Ya tenemos a una doncella manca, es decir, sin capacidad para asir las cosas<br />

de este mundo, pues el demonio ordenó que le cortaran las manos. Ahora<br />

exige otras amputaciones. Quiere que se quede sin el habla verdadera y sin la vista<br />

verdadera. A pesar de tratarse nada menos que del demonio, lo que exige nos<br />

hace dudar enormemente, pues lo que él quiere que ocurra es precisamente el<br />

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