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Mujeres

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> que corren con los lobos<br />

ser rechazadas, el temor a decir lo que sabemos, las dudas acerca de la propia<br />

capacidad, la contaminación de la corriente básica, la aceptación de la mediocridad<br />

o de las pálidas imitaciones, etc.<br />

Este cuento resulta excelente porque recorre todo el ciclo de una idea, la<br />

diminuta luz que se le concede y que, naturalmente, es la misma idea, la cual se<br />

agota y está a punto de extinguirse como parte de su ciclo natural. En los cuentos<br />

de hadas, cuando ocurre algo malo, significa que hay que probar otra cosa,<br />

que se tiene que introducir una ,nueva energía, que se tiene que consultar con<br />

un ayudante, un sanador, una fuerza mágica.<br />

Aquí vernos de nuevo a la vieja La Que Sabe, la mujer de dos millones de<br />

años, El hecho de que ella nos sostenga en brazos delante del fuego de la chimenea<br />

es restaurador y reparador (19). Hasta este fuego y éstos brazos se arrastra el<br />

anciano, pues sin ellos se muere. El anciano está cansado a causa del mucho<br />

tiempo que ha dedicado al trabajo que nosotras le damos. ¿Has visto alguna vez a<br />

una mujer trabajar como una fiera y detenerse de pronto sin más? ¿Has visto alguna<br />

vez a una mujer que lucha con denuedo por alguna causa social y que, al<br />

día siguiente, le vuelve la espalda y dice: "Que se vaya todo al infierno"? Su animus<br />

está agotado y necesita que lo acune La Que Sabe. La mujer cuya idea o<br />

energía se ha debilitado, marchitado o agotado por completo necesita conocer el<br />

camino que conduce a esta vieja curandera y le tiene que llevar su agotado animus<br />

para que se lo renueve.<br />

Yo trabajo con muchas mujeres dedicadas en cuerpo y alma al activismo<br />

social. Y no cabe duda de que, al final de este ciclo se cansan y se arrastran por<br />

el bosque con trémulas piernas mientras la llama de la linterna parpadea, a punto<br />

de apagarse. Es el momento en que dicen: "Ya no puedo más. Lo dejo, devuelvo<br />

mi pase de prensa, mi placa, mi traje del sindicato, mi... ", lo que sea. Piensan<br />

emigrar a Auckland. Se dedicarán a ver la televisión y a comer galletas y jamás<br />

volverán a contemplar el mundo a través de la ventana. Se comprarán unos zapatos<br />

de mala calidad, se trasladarán a vivir a un barrio en el que nunca ocurre nada<br />

y se pasarán el resto de su vida viendo el canal del ama de casa. A partir de<br />

ahora se ocuparán de sus asuntos, mirarán para el otro lado, etc, etc.<br />

Cualquiera que sea la idea que ellas tengan de lo que es una tregua y aunque<br />

hablen movidas por un profundo cansancio y una fuerte frustración, yo digo<br />

que la tregua es una buena idea y que conviene descansar. A lo cual ellas suelen<br />

contestar con voz chillona, "¿Descansar? ¿Cómo puedo descansar cuando el<br />

mundo se está yendo al carajo delante de mis narices?"<br />

Pero al final la mujer tiene que descansar, equilibrarse y recuperar la concentración.<br />

Tiene que rejuvenecerse y recobrar la energía. Ella cree que no puede,<br />

pero sí puede, pues el círculo de las mujeres, tanto si éstas son madres como si<br />

son estudiantes, artistas o activistas, siempre se cierra para llenar el hueco de las<br />

que se van a descansar. Una mujer creativa tiene que descansar y regresar más<br />

tarde a su trabajo. Tiene que ir a ver a la vieja del bosque, a la revitalizadora, a la<br />

Mujer Salvaje en una de sus múltiples representaciones. La Mujer Salvaje ya sabe<br />

que el animus se cansa con regularidad. No se sorprende de que éste se desplome<br />

al cruzar su puerta. Ya está preparada. No se nos acercará corriendo, presa<br />

del pánico. Nos recogerá y nos sostendrá en sus brazos hasta que volvamos a<br />

recuperar nuestro poder.<br />

Nosotras tampoco hemos de asustarnos cuando perdamos el impulso o la<br />

concentración. Tal como hace ella, debemos sostener la idea y quedarnos un ratito<br />

con ella. Tanto si nuestra concentración está enteramente ocupada en nuestro<br />

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