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Mujeres

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> que corren con los lobos<br />

frenesí de matanzas. Sus miembros no se comerán buena parte de las piezas que<br />

maten y tampoco la guardarán en un escondrijo. La dejarán donde está. Matan<br />

mucho más de lo que comen y mucho más de lo que jamás puedan necesitar (3).<br />

Un proceso muy parecido se produce cuando una mujer es capturada y se muere<br />

de hambre. Cuando se ve repentinamente libre de ir, hacer o ser, corre el peligro<br />

de entregarse también a una orgía de excesos... y se siente con derecho a hacerlo.<br />

La niña del cuento de hadas también se siente con derecho a entrar en posesión<br />

de los perjudiciales zapatos rojos a cualquier precio. El hambre hace que el juicio<br />

se obnubile.<br />

Por consiguiente, cuando el preciado tesoro de la vida del alma de una mujer<br />

arde hasta convertirse en ceniza, en lugar de sentirse animada por la ilusión,<br />

una mujer se siente dominada por la voracidad. Así, por ejemplo, sí a una mujer<br />

no se le permite esculpir, es posible que de pronto se ponga a esculpir día y noche,<br />

pierda el sueño, prive a su ¡nocente cuerpo del alimento, ponga en peligro su<br />

salud y quién sabe cuántas cosas más. Es posible que no pueda permanecer despierta<br />

un momento más; entonces recurre a las drogas, pues cualquiera sabe<br />

cuánto tiempo podrá ser libre.<br />

El hambre del alma alcanza también a los atributos del alma creatividad, la<br />

conciencia sensorial y otras facultades instintivas. Si una mujer tiene que ser<br />

una señora de esas que se sientan con las rodillas juntas, ha sido educada para<br />

desmayarse en presencia del lenguaje soez y nunca se le ha permitido beber otra<br />

cosa que no fuera leche pasteurizada, cuando de repente se ve libre experimenta<br />

el impulso de desmandarse. De pronto no para de beber gin—fizz, se repantiga en<br />

los asientos como un marinero borracho y su lenguaje es capaz de arrancar la<br />

pintura de las paredes. Después de un período de hambre, la mujer teme que la<br />

vuelvan a capturar algún día. Y entonces decide aprovechar todo lo que puede (4).<br />

Las matanzas excesivas o los comportamientos desmedidos son propios de<br />

las mujeres que tienen hambre de una vida que para ellas tenga sentido. Cuando<br />

una mujer ha vivido prolongados períodos de tiempo sin sus ciclos y sin satisfacer<br />

sus necesidades creativas, se desmanda en toda una serie de cosas como el<br />

alcohol, las drogas, la cólera, la espiritualidad, la opresión a los demás, la promiscuidad,<br />

los embarazos, el estudio, la creación, el control, la educación, la disciplina,<br />

el fitness corporal, la comida basura, por citar sólo algunos de los excesos<br />

más habituales. Cuando las mujeres hacen estas cosas, significa que quieren<br />

compensar la pérdida de los ciclos normales de la expresión del yo, de la expresión<br />

del alma y de la satisfacción del alma.<br />

La mujer que se muere de hambre sufre un período de hambruna tras otro.<br />

A lo mejor, planea escapar, pero cree que el precio de la huida es demasiado alto,<br />

que le costará demasiada libido y demasiada energía. Es posible que tampoco esté<br />

bien preparada en otros sentidos, como, por ejemplo, los factores educativos,<br />

económicos y espirituales. Por desgracia, la pérdida del tesoro y el vivo recuerdo<br />

del hambre pasada puede inducirnos a pensar que los excesos son deseables. No<br />

cabe duda de que es un alivio y un placer poder disfrutar finalmente de una sensación...<br />

de cualquier clase de sensación.<br />

Una mujer que acaba de librarse del hambre sólo quiere disfrutar de la vida<br />

para variar. Pero, de hecho, sus adormecidas percepciones acerca de los límites<br />

emocionales, racionales, físicos, espirituales y económicos necesarios para la supervivencia<br />

la ponen en una situación de peligro. En algún lugar la esperan unos<br />

resplandecientes y perjudiciales zapatos rojos. Y se adueñará de ellos dondequie-<br />

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