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Mujeres

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> que corren con los lobos<br />

En el cuento se llega a un curioso compromiso. En lugar de dejar al niño o<br />

de llevarse al niño consigo para siempre, la mujer foca se lleva al niño para que<br />

visite a los que viven "debajo". Al niño se le reconoce la condición de miembro del<br />

clan de la foca a través de la sangre de su madre. Y allí, en el hogar subacuático,<br />

el niño es instruido en la naturaleza del alma salvaje.<br />

El niño representa el nuevo orden de la psique. Su madre foca ha infundido<br />

en sus pulmones parte de su aliento, parte de su clase especial de vivificación,<br />

transformándolo, según la terminología psicológica, en un ser medial (16), capaz<br />

de tender un puente entre ambos mundo,. Sin embargo, aunque haya sido iniciado<br />

en la naturaleza del mundo subterráneo, este niño no se puede quedar allí<br />

sino que tiene que regresar a la tierra. De ahí que, en adelante, desempeñe un<br />

papel especial. El que no se ha sumergido y ha regresado a la superficie no es enteramente<br />

ego ni enteramente alma sino algo intermedio.<br />

Existe en el núcleo esencial de las mujeres lo que Toni Wolffe, un analista<br />

junguiano que vivió en la primera mitad del siglo XX, llamó "la mujer medial". La<br />

mujer medial está situada entre los mundos de la realidad consensual y del inconciente<br />

místico y actúa de mediadora entre ambos. La mujer medial es la<br />

transmisora y receptora de dos o más series de valores e ideas. Es la que da vida<br />

a nuevas ideas, cambia las ideas antiguas por las innovadoras, se traslada desde<br />

el mundo de lo racional al mundo de la imaginación. "Oye" cosas, "sabe" cosas e<br />

"intuye" lo que va a ocurrir a continuación.<br />

El punto intermedio entre los mundos de la razón y de la imagen, entre la<br />

sensación y el pensamiento, entre la materia y el espíritu, entre todos los contrarios<br />

y todos los matices de significado que se puedan imaginar, es el hogar de la<br />

mujer medial. La mujer foca del cuento es una emanación del alma. Puede vivir<br />

en todos los mundos, en el mundo de arriba de la materia y en el mundo lejano o<br />

mundo subterráneo que es su hogar espiritual, pero no puede permanecer demasiado<br />

tiempo en la tierra. Ella y el pescador, el ego de la psique, crean un hijo que<br />

también puede vivir en ambos mundos, pero no puede permanecer demasiado<br />

tiempo en el hogar del alma.<br />

La mujer foca y el niño forman en la psique femenina un sistema que es<br />

más bien un equipo de emergencia. La mujer foca, el yo del alma, transmite pensamientos,<br />

ideas, sentimientos e impulsos desde el agua al yo medial, que a su<br />

vez sube todas estas cosas a la tierra y a la conciencia del mundo exterior. El sistema<br />

funciona también en sentido contrario. Los acontecimientos de nuestra vida<br />

cotidiana, nuestros pasados traumas y alegrías, nuestros temores y esperanzas<br />

para el futuro se transmiten al alma, la cual hace comentarios acerca de ellos durante<br />

nuestros sueños nocturnos, transmite sus sentimientos a través de nuestro<br />

cuerpo o nos traspasa con un instante de inspiración en cuyo extremo va prendida<br />

una idea.<br />

La Mujer Salvaje es una combinación de sentido común y sentido del alma.<br />

La mujer medial es su doble y es también capaz de experimentar ambas cosas.<br />

Como el niño del cuento, la mujer medial pertenece a este mundo pero puede viajar<br />

sin dificultad hasta las honduras de la psique. Algunas mujeres tienen este<br />

don innato. Otras lo adquieren. No importa la forma en que una mujer lo consiga,<br />

pero uno de los efectos del regreso habitual a casa es el fortalecimiento de la mujer<br />

medial de la psique cada vez que una mujer va y viene.<br />

La salida a la superficie<br />

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