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Mujeres

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> que corren con los lobos<br />

Para amar tenemos que tocar a la huesuda mujer básica y no demasiado<br />

agradable, desenredando el sentido de esta naturaleza en nuestro propio beneficio,<br />

colocándole de nuevo los huesos en su sitio Y permitiendo que vuelva a vivir.<br />

No basta con tirar del inconciente para que suba a la superficie y ni siquiera es<br />

suficiente con arrastrar accidentalmente a la Mujer Esqueleto a nuestra casa. El<br />

avance del amor se detiene cuando el sujeto la teme o la desprecia durante mucho<br />

tiempo.<br />

El hecho de desenredar el misterio de la Mujer Esqueleto empieza a. romper<br />

el hechizo... es decir, el temor a consumirse y morir para siempre. Desde el punto<br />

de vista arquetípico, ara desenredar algo hay que descender y seguir un laberinto<br />

hasta poder llegar al mundo subterráneo o al lugar en el que las cuestiones se<br />

nos revelan de una manera totalmente distinta. Hay que seguir algo que al principio<br />

parece un proceso complejo, pero que, en realidad, es una profunda pauta<br />

de renovación. En los cuentos de hadas, resolver el acertijo, deshacer un nudo,<br />

desatar y desenredar significa empezar a comprender algo que hasta entonces<br />

nos era desconocido, comprender sus aplicaciones y usos, convertirse en una especie<br />

de mago, en un alma sagaz.<br />

Cuando el pescador desenreda a la Mujer Esqueleto, empieza a adquirir un<br />

conocimiento directo de las articulaciones de la Vida y la Muerte. El esqueleto es<br />

una excelente imagen representativa de la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida.<br />

Como imagen psíquica, el esqueleto está formado por cientos de pequeños y<br />

grandes palos y nudos de extrañas formas en continua y armoniosa relación entre<br />

sí. Cuando un hueso gira, giran todos los demás aunque sea de manera imperceptible.<br />

Los ciclos de la Vida/Muerte/ Vida son exactamente igual. Cuando la<br />

Vida se mueve, los huesos de la Muerte se mueven solidariamente. Cuando la<br />

Muerte se mueve, los huesos de la Vida también empiezan a girar.<br />

Además, cuando un huesecito se disloca o astilla, le salen espolones o sufre<br />

una subluxación, la integridad de todo el conjunto se resiente de ello. Cuando se<br />

suprime la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida en la propia persona o en una relación,<br />

ocurre lo mismo. La propia vida avanza renqueando, se recupera, cojea y<br />

protege el movimiento. Cuando se produce un daño en estas estructuras y ciclos,<br />

siempre se registra una interrupción de la libido. Y entonces no es posible el<br />

amor. Nos quedamos bajo la superficie del agua y nos convertimos en unos simples<br />

huesos llevados por la corriente hacia delante y hacia atrás.<br />

Desenredar esta naturaleza significa aprender sus amortiguamientos, sus<br />

hábitos y sus movimientos. Significa familiarizarse con los ciclos de la vida y la<br />

muerte, aprenderlos de memoria, comprobar que actúan todos juntos y forman<br />

un solo organismo, de la misma manera que el esqueleto es un solo organismo.<br />

El temor no es un pretexto válido para no llevar a cabo la tarea. Todos tenemos<br />

miedo. Cuando se vive, se tiene miedo. Entre los inuit, el Cuervo es un<br />

estafador. En su faceta subdesarrollada, es una criatura llena de apetitos. Le<br />

gusta sólo el placer y trata de evitar todas las incertidumbres y los temores que<br />

éstas llevan aparejados. Es muy receloso y también muy voraz. Se asusta si algo<br />

no le parece satisfactorio a primera vista. Y se precipita sobre ello cuando le parece<br />

apetecible. Le gustan las relucientes conchas de las orejas marinas, las<br />

cuentas de plata, la incesante comida, los chismorreos y dormir caliente sobre el<br />

agujero del humo de los iglús. El aspirante a amante puede ser como el Cuervo<br />

que sólo quiere "lo seguro". Como el Cuervo, el ego teme que la pasión se acabe y<br />

trata por todos los medios de evitar el final de la comida, de la hoguera, del día y<br />

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