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legítima defensa (the rainmaker) - john grisham - Juventud ...

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John Grisham Legítima <strong>defensa</strong><br />

Se acerca con orgullo al estrado, la entrega a su señoría y espera. Kipler la hojea rápidamente sin leerla. Sólo busca fechas<br />

libres. Drummond permanece de pie en el centro del estrado.<br />

–Veo que no tiene nada previsto para la semana del ocho de febrero.<br />

Drummond se acerca y mira la agenda, que Kipler sostiene al borde de la mesa. Asiente sin decir palabra. El juez se la<br />

devuelve y el abogado regresa a su silla.<br />

–El juicio se celebrará el lunes día ocho de febrero –declara su señoría.<br />

Yo respiro hondo y procuro parecer seguro de mí mismo. Cuatro meses parecen mucho tiempo, un período bastante largo, pero<br />

para alguien que no ha participado siquiera en el juicio de un ratero de poca monta, es aterrador. He memorizado el sumario<br />

una docena de veces. He memorizado las normas del proceso y de las pruebas. He leído infinidad de libros sobre la<br />

presentación de conclusiones, la elección de jurados, el interrogatorio de los testigos y sobre cómo ganar el juicio, pero no<br />

tengo ni idea de lo que sucederá en esta sala el ocho de febrero.<br />

Kipler nos da permiso para retirarnos, recojo rápidamente mis papeles y abandono la sala. Al salir, me percato de que varios de<br />

los abogados que esperan su turno me miran fijamente.<br />

¿Quién es ese individuo?<br />

Aunque nunca me lo ha confesado abiertamente, ahora sé que los contactos más íntimos de Deck son un par de fisgones<br />

privados, a los que conoció cuando trabajaba para Bruiser. Uno de ellos, Butch, es un ex policía que comparte su afición por<br />

los casinos y con quien se desplaza una o dos veces por semana a Túnica para jugar al póquer y al blackjack.<br />

De algún modo, Butch se las ha arreglado para localizar a Bobby Ott, el agente que les vendió la póliza a los Black. Lo ha<br />

encontrado en la granja penitenciaria del condado de Shelby, donde cumple diez meses de condena por la entrega de cheques<br />

falsos. La investigación subsiguiente ha revelado que Ott se ha divorciado recientemente y ha sido declarado insolvente.<br />

A Deck le disgustó no haberlo atrapado. Ott tiene un montón de problemas legales. ¡Cuántos honorarios perdidos!<br />

Un joven funcionario de la institución penitenciaria me recibe, después de que un corpulento guardia con unas gruesas manos<br />

me registrara e inspeccionara mi maletín. Me acompaña a una sala, cerca de la entrada del edificio principal. Es un cuarto<br />

cuadrado, con cámaras en las cuatro esquinas. Una verja central separa a los reclusos de las visitas. No "tengo ningún<br />

inconveniente en hablar a través de una verja y espero que mi visita sea lo más breve posible. A los cinco minutos aparece Ott<br />

al otro lado. Tiene unos cuarenta años, lleva gafas de montura metálica y un corte de pelo militar. Es poco corpulento y viste el<br />

mono azul marino de la cárcel. El guardia que le ha acompañado se retira y nos deja solos.<br />

Le paso mi tarjeta por una abertura en la parte inferior de la verja.<br />

–Me llamo Rudy Baylor. Soy abogado.<br />

¿Por qué sonará a algo tan siniestro?<br />

Se lo toma bien e intenta sonreír. En otra época este individuo se ganaba la vida llamando a las puertas de los pobres y<br />

vendiéndoles seguros baratos, de modo que a pesar de su evidente mala suerte, en el fondo debe ser una persona amable, capaz<br />

de convencer a la gente para que le permitan entrar en sus casas.<br />

–Encantado de conocerlo –dice rutinariamente–. ¿Qué le trae por aquí?<br />

–Esto –respondo, al tiempo que saco una copia del pleito de mi maletín y se la paso por debajo de la verja–. Es una demanda<br />

judicial que he presentado en representación de unos antiguos clientes suyos.<br />

–¿Quiénes? –pregunta después de recoger la demanda y examinar la primera hoja, que es una citación.<br />

–Dot y Buddy Black, y su hijo Donny Ray.<br />

–Great Benefit, ¿no es cierto? ¿Le importa que lo lea?<br />

Deck me ha explicado que con frecuencia los agentes representan a más de una compañía.<br />

–En absoluto. Se le cita a usted como acusado. Adelante.<br />

Su voz y sus movimientos son muy calculados. No desperdicia energía alguna. Lee con mucha lentitud y pasa las páginas con<br />

gran reticencia. Pobre hombre. Ha sufrido un divorcio, perdido todo lo demás al declararse insolvente, ahora cumple una<br />

condena en la cárcel y de pronto aparezco yo, con toda mi arrogancia, para demandarlo por diez millones.<br />

Pero no parece afectarle. Acaba de leer y deja los papeles sobre el mostrador.<br />

–Ya sabe que estoy al amparo del tribunal de insolvencia –dice.<br />

–Sí, lo sé.<br />

En realidad no es cierto. Según los datos que obran en el juzgado, presentó su solicitud de insolvencia en marzo, dos meses<br />

antes de que lo hiciera yo, y ya ha sido rehabilitado. Una antigua insolvencia no siempre evita demandas futuras, pero no se lo<br />

comento. Este individuo es más pobre que una rata. Goza de inmunidad.<br />

–Nos hemos visto obligados a incluirlo como acusado porque fue usted quien vendió la póliza.<br />

–Sí, lo comprendo. Usted se limita a cumplir con su obligación.<br />

–Exactamente. ¿Cuándo sale?<br />

–Dentro de dieciocho días. ¿Por qué?<br />

–Es posible que queramos tomarle declaración.<br />

–¿Aquí?<br />

–Tal vez.<br />

–¿Qué prisa tienen? Deje que salga y declararé. –Me lo pensaré.<br />

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