legítima defensa (the rainmaker) - john grisham - Juventud ...
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John Grisham Legítima <strong>defensa</strong><br />
hacer al respecto. A excepción de robarle dinero a un cliente, ponerse en contacto con miembros potenciales del jurado es<br />
probablemente el pecado más grave que un abogado puede cometer. Está en la misma categoría que pinchar los teléfonos de su<br />
rival. Su aspecto es estúpido aparentando indignación.<br />
El secretario del juzgado reúne a los candidatos a un lado del pasillo y luego les indica que se sienten sin ningún orden<br />
específico al otro lado, frente a nosotros. De los noventa y dos de la lista, sesenta y uno están presentes. Algunos no pudieron<br />
ser localizados. Dos habían fallecido. Unos cuantos alegaron estar enfermos. Tres se ampararon en su avanzada edad para<br />
eximirse. Kipler disculpó a otros varios por razones personales diversas. Conforme el secretario pasa lista, yo tomo notas.<br />
Tengo la misma sensación que si los conociera desde hace meses. El número seis es Billy Porter, el director de Western Auto<br />
que presuntamente me llamó anoche. Será interesante ver cómo le trata Drummond.<br />
Jack Underhall y Kermit Aldy están presentes en representación de Great Benefit, sentados detrás de Drummond y su equipo.<br />
Eso significa siete trajes oscuros, siete rostros graves e implacables con la mirada fija en los miembros potenciales del jurado.<br />
¡Alegrad esas caras, muchachos! Yo mantengo una expresión agradable en la mía.<br />
Kipler entra en la sala y todo el mundo se levanta. Se abre la sesión. Da la bienvenida a los jurados potenciales y pronuncia un<br />
breve y claro discurso sobre las obligaciones del jurado y la responsabilidad de un buen ciudadano. Se levantan varias manos<br />
cuando pregunta si alguien tiene una buena razón para ser eximido. Les ordena que se acerquen al estrado uno por uno, donde<br />
cuentan su caso en voz baja. Cuatro de los cinco ejecutivos de mi lista negra susurran con el juez. Comprensiblemente; los<br />
exime.<br />
Esto dura cierto tiempo, pero nos permite observar a los presentes. Tal como están sentados, probablemente no pasaremos de<br />
las tres primeras filas. Es decir, treinta y seis. Necesitamos sólo doce, más dos de reserva.<br />
Tras la mesa de la <strong>defensa</strong> veo a dos desconocidos elegantemente vestidos. Asesores para la elección del jurado, supongo.<br />
Están pendientes de todos sus movimientos. Me pregunto cómo habrá afectado nuestra estratagema sus profundos perfiles<br />
sicológicos. Me río para mis adentros. Apuesto a que hasta ahora nunca habían intervenido en sus evaluaciones un par de<br />
chiflados que la noche anterior se dedican a charlar con los miembros potenciales del jurado.<br />
Su señoría exime a otros siete y quedan reducidos a cincuenta. A continuación hace un breve resumen del caso y presenta a<br />
ambas partes y a los abogados. Buddy no está en la sala, está en su Fairlane.<br />
Luego Kipler empieza a formular preguntas serias y les ordena a los presentes que levanten la mano si necesitan responder a<br />
alguna de ellas. ¿Alguno de ustedes conoce a alguna de las partes, alguno de los abogados o alguno de los testigos? ¿Alguno de<br />
ustedes tiene una póliza extendida por Great Benefit? ¿Alguno de ustedes está involucrado en algún pleito? ¿Alguno de ustedes<br />
ha demandado a una compañía de seguros?<br />
Hay varias respuestas. Levantan la mano, se levantan y se acercan a su señoría. Los primeros están nerviosos, pero después de<br />
un comentario humorístico se rompe el hielo y todo el mundo parece un poco más tranquilo. En algunos momentos,<br />
fugazmente, me digo a mí mismo que éste es mi lugar. Puedo hacerlo. Soy abogado. Evidentemente, todavía no he abierto la<br />
boca.<br />
Kipler me ha entregado la lista de preguntas que él formulará, e incluyen todo lo que yo deseo saber. No tiene nada de malo. Le<br />
ha entregado a Drummond la misma lista.<br />
Tomo notas, observo a la gente y escucho atentamente lo que dicen. Deck hace lo mismo. Es una crueldad, pero casi prefiero<br />
que los miembros del jurado no sepan que está conmigo.<br />
Se prolonga la sesión mientras Kipler hace sus preguntas. Después de casi dos horas, ha terminado. Se me forma de nuevo un<br />
terrible nudo en el estómago. Ha llegado el momento de que Rudy Baylor diga sus primeras palabras en un juicio real. Será una<br />
comparecencia muy breve.<br />
Me levanto, me acerco a la barra, les brindo una cálida sonrisa y pronuncio las palabras que he ensayado un millar de veces:<br />
–Buenos días. Me llamo Rudy Baylor y represento a la familia Black.<br />
Hasta aquí todo bien. Después de dos horas de bombardeo desde el estrado están listos para algo diferente. Los miro con<br />
simpatía y sinceridad.<br />
–El juez Kipler les ha formulado muchas preguntas –prosigo–, que son muy importantes. Les ha preguntado todo lo que yo<br />
deseaba saber y, por consiguiente, no les haré perder el tiempo. En realidad, sólo deseo saber una cosa. ¿Puede alguien de<br />
ustedes pensar en cualquier razón por la que no deberían formar parte del jurado en este caso?<br />
Previsiblemente, nadie responde. Han estado observándome durante más de dos horas, sólo quiero saludarlos, brindarles otra<br />
sonrisa y ser muy breve. Hay pocas cosas en la vida peores que un abogado que se extiende demasiado. Además, tengo la<br />
sensación que Drummond los golpeará con bastante dureza.<br />
–Gracias. –Sonrío y vuelvo la cabeza hacia el estrado–. No veo ningún problema con estos candidatos, su señoría –agrego en<br />
voz alta, después regreso a mi asiento y le doy a Dot unos golpecitos en el hombro.<br />
Drummond se ha puesto de pie. Procura parecer tranquilo y amable, pero está furioso. Se presenta y empieza a hablar de su<br />
cliente y del hecho que Great Benefit es una gran compañía con un balance muy positivo. Deben comprender que ésa no es<br />
razón para castigarla. ¿Influirá eso en alguno de ustedes? En realidad está argumentando el caso, lo cual es improcedente, pero<br />
permanece lo suficientemente cerca de la frontera para que no le llamen la atención. No estoy seguro de si debería protestar. He<br />
decidido que sólo lo haré cuando esté seguro de tener razón. Esta forma de interrogar es muy eficaz. El suave tono de su voz<br />
empieza a inspirar confianza. Sus canas sugieren sabiduría y experiencia.<br />
Cubre otras cuantas áreas sin una sola respuesta. Está sembrando. De pronto se lanza al ataque.<br />
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