legítima defensa (the rainmaker) - john grisham - Juventud ...
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John Grisham Legítima <strong>defensa</strong><br />
CUARENTA Y NUEVE<br />
Una gran ventaja de ser novato es que se espera que esté nervioso y asustado. El jurado sabe que no soy más que un chiquillo<br />
sin experiencia. Por consiguiente, las expectativas son mínimas. No he desarrollado la pericia ni el talento necesarios para<br />
pronunciar grandes discursos.<br />
Seria un error fingir ser algo que no soy. Tal vez cuando tenga una edad avanzada, cabello canoso y voz aterciopelada, y<br />
montones de casos a mis espaldas, tal vez entonces podré situarme ante un jurado y ofrecerles una actuación espléndida. Pero<br />
no hoy. Hoy soy sólo Rudy Baylor, un chiquillo nervioso que les pide a sus amigos del jurado que lo ayuden.<br />
Me sitúo ante ellos, bastante tenso y nervioso, y procuro relajarme. Sé lo que diré, porque lo he dicho un centenar de veces.<br />
Pero es importante que no parezca ensayado. Empiezo por decirles que éste es un día muy importante para mis clientes, porque<br />
es su única oportunidad de obtener un compensación justa por parte de Great Benefit. No hay un mañana, una segunda<br />
oportunidad en la sala, ningún otro jurado a la espera para ayudarles. Les hablo de Dot y de todo lo que ha sufrido, y también<br />
de Donny Ray, pero sin ponerme excesivamente melodramático. Les pido a los miembros del jurado que imaginen cómo se<br />
sentirían si se estuvieran muriendo lenta y dolorosamente, sabiendo que deberían recibir un tratamiento al que tienen derecho.<br />
Mis palabras son lentas y comedidas, muy sinceras, y llegan a su destino. Hablo en un tono relajado y mirando directamente a<br />
la cara de las doce personas que están listas para cumplir su cometido.<br />
Comento las características básicas de la póliza, sin entrar en detalles, y hablo someramente de los trasplantes de médula ósea.<br />
Señalo que la <strong>defensa</strong> no ha ofrecido ninguna prueba contraria al testimonio del doctor Kord. Este procedimiento médico está<br />
lejos de ser experimental y, con toda probabilidad, le habría salvado la vida a Donny Ray.<br />
Mi voz se anima ligeramente al llegar a la parte entretenida. Hablo de los documentos que Great Benefit nos ha ocultado y de<br />
las mentiras que nos ha contado. Esto ha sido tan espectacular durante el juicio que sería un error insistir en ello. Lo<br />
maravilloso de un juicio de cuatro días es que las declaraciones importantes están todavía frescas en la mente del jurado.<br />
Utilizo el testimonio de Jackie Lemancyzk y los datos estadísticos de Great Benefit para escribir unas cifras en el encerado: el<br />
número de pólizas en 1991, el número de reclamaciones y, lo más importante, el número de denegaciones. Lo presento con<br />
rapidez y claridad, para que pueda entenderlo y no olvidarlo incluso un niño de diez años. El mensaje es claro e irrefutable. Los<br />
poderes anónimos que controlan Great Benefit decidieron implantar una estrategia de denegación de reclamaciones durante un<br />
período de doce meses. En palabras de Jackie, fue un experimento para comprobar cuánto dinero adicional podían ganar en un<br />
año. Fue una decisión tomada a sangre fía e inspirada exclusivamente en la avaricia, sin consideración alguna por personas<br />
como Donny Ray Black.<br />
Al hablar de dinero muestro los informes financieros al jurado y explico que, después de estudiarlos durante cuatro meses, sigo<br />
sin comprenderlos. El sector de los seguros tiene su propio sistema de contabilidad. Pero a juzgar por las cifras de la propia<br />
compañía, disponen de un montón de dinero. Sumo en la pizarra el líquido disponible a los fondos de reserva y al superávit no<br />
distribuido, y leo la cifra de cuatrocientos setenta y cinco millones.<br />
¿Cómo se castiga a una compañía tan adinerada? Cuando formulo esta pregunta, veo el brillo de los ojos que me observan.<br />
¡Están impacientes!<br />
Utilizo un ejemplo clásico, favorito de los abogados, y del que he oído una docena de versiones. Funciona porque es simple.<br />
Les cuento al jurado que no soy más que un joven abogado que lucha por sobrevivir, con dificultades para .pagar sus cuentas,<br />
salido hace poco de la facultad. Supongamos que trabajo mucho, vivo austeramente, ahorro dinero y dentro de dos años tengo<br />
diez mil dólares en el banco. He hecho muchos esfuerzos para ganar ese dinero y quiero protegerlo. ¿Qué ocurre entonces si<br />
cometo alguna barbaridad, como perder por ejemplo la paciencia con alguien, darle un puñetazo en la nariz y fracturársela?<br />
Evidentemente, se me exigirá que pague los gastos sufridos por la víctima, pero también mereceré un castigo para que no se<br />
repita. Dispongo sólo de diez mil dólares. ¿Qué penalización habrá que imponerme para que me afecte? El uno por ciento<br />
serían cien dólares, puede que eso me importe o deje de importarme. No me gustaría desembolsar más de cien dólares, pero<br />
tampoco me trastornaría demasiado hacerlo. ¿Y el cinco por ciento? ¿Sería una penalización de quinientos dólares suficiente<br />
para castigarme por haberle fracturado la nariz a alguien? ¿Sufriría lo suficiente cuando extendiera el cheque? Puede que sí y<br />
puede que no. ¿Y el diez por ciento? Apuesto a que si me viera obligado a pagar mil dólares ocurrirían dos cosas. En primer<br />
lugar, estaría profundamente arrepentido. Y en segundo lugar, modificaría mi conducta.<br />
¿Cómo se castiga a Great Benefit? Del mismo modo en que se me castigaría a mí, o al vecino de enfrente. Se consulta la cuenta<br />
bancaria, se decide de cuánto dinero dispones y se impone una penalización que duela, pero no que destruya. La lógica es la<br />
misma para una próspera corporación. No son mejores que cualquiera de nosotros.<br />
Les digo a los miembros del jurado que son ellos quienes deben tomar una decisión. Nuestra demanda es por diez millones,<br />
pero no están en modo alguno sujetos a dicha cifra. Pueden decidir lo que les parezca justo y no soy yo quien deba sugerirles la<br />
cantidad.<br />
Para concluir, después de darles las gracias con una sonrisa, les recuerdo que si no le paran los pies a Great Benefit, cualquiera<br />
de ellos podría ser la próxima víctima. Varios asienten y otros sonríen. Otros observan las cifras de la pizarra.<br />
Regreso a mi mesa. Deck está en un rincón, con una sonrisa de oreja a oreja. Desde la última fila, Cooper Jackson expresa su<br />
aprobación levantando el pulgar. Me siento junto a Dot y espero ansioso a comprobar si el gran Leo F. Drummond es capaz de<br />
convertir en victoria una derrota.<br />
Empieza con una empalagosa disculpa por su comportamiento durante el proceso de selección del jurado, teme haber<br />
empezado con el pie equivocado y suplica que confíen ahora en él. Prosiguen las disculpas cuando habla de su cliente, una de<br />
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